Sociedad bipolar

La Voz

OPINIÓN

JUAN GÓMEZ-JURADO | O |

13 nov 2006 . Actualizado a las 06:00 h.

EL PLAN para la conexión entre Occidente y el islam que ha fabricado en Estambul el Grupo de Alto Nivel de las Naciones Unidas significa el primer éxito internacional tangible para el Gobierno Zapatero y la primera piedra de una iniciativa internacional aplaudible: el acercamiento de culturas, la comprensión mutua, el entendimiento. El problema consiste en que ese plan no reflexiona en profundidad sobre las causas reales del terrorismo. Una gran mayoría de islamistas radicales son conversos o renacidos al islam. Han crecido en sociedades occidentales. Han utilizado las defensas habituales del Estado de derecho como armas en su beneficio. La cuestión es muy compleja. Por un lado, el corazón y la humanidad incitan a tender puentes, acercar, compartir, unir, comprender. Por otro, el miedo y el instinto de supervivencia piden prohibir, coartar, alejar, tabicar e imponer. En este rosario de verbos, los gobiernos rezan un misterio a la santa tolerancia y otro a santa intransigencia. Permiten velos y rezos en el trabajo y detienen en los aeropuertos a los pasajeros con barba y turbante. El Manual de entrenamiento Al Qaida , un librito de 96 páginas repleto de lógica terrorista al que el gran público no ha tenido acceso, indica que antes de cometer el atentado el combatiente deberá afeitarse con toda pulcritud y adoptar la ropa más conveniente para su misión. El sábado, en el aeropuerto de Santiago, vi como a una madre gallega de ojos verdes le olisquearon el biberón de su pequeña de siete meses mientras ella miraba para otro lado, muerta de vergüenza. Será el precio que tenemos que pagar por vivir en la sociedad caótica, esquizofrénica y bipolar que produce al mismo tiempo crimen y solución, prevención y tolerancia, onceemes y el plan de Estambul. Yupi.