Madrid compra Galicia

| JAVIER CARRO |

OPINIÓN

29 sep 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

FUE hace un año. Entre agosto y septiembre del 2005, un grupo de importantes empresarios gallegos, entre los que estaban Amancio Ortega, Jacinto Rey y Caixanova por un lado, y Rosalía Mera y Caixa Galicia por el otro, intentaron hacerse con un paquete accionarial lo suficientemente grande como para controlar Unión Fenosa. Finalmente, la indecisión en la compra provocó que Emilio Botín, en una chicuelina de banquero, pusiera la oferta en la mesa del entonces presidente del Real Madrid -Florentino Pérez-, que asumió la compra cogiendo por sorpresa y sin capacidad de reacción a Emilio Párez Touriño y a una bisoña Xunta. Fenosa dejaba de ser gallega y las cosas no han mejorado para las grandes empresas de nuestra comunidad desde entonces. Una importante deslocalización empieza a afectar a Inditex: traslado de procesos fabriles a Portugal, Marruecos o Asia; dirección de plataformas logísticas desde Madrid o Zaragoza. El futuro de Citroën en Vigo es claramente incierto por las mismas razones apuntadas. Un año después se ha producido la mayor bomba chartista -figuradamente hablando, operación de enorme impacto en Bolsa- que una empresa gallega ha vivido en su historia: una opa amistosa por el 100% de Fadesa. El imperio empresarial constituido con tesón y esfuerzo por Manuel Jove se ha situado como una de las promotoras inmobiliarias más boyantes de España y con más futuro de Europa. Un año después -y por distintas razones- la historia se repite: una de las grandes empresas gallegas pasa a manos de un ex presidente del Real Madrid, Fernando Martín (propietario de Martinsa ). Es bastante probable que el presidente Touriño esté pálido en estos momentos. Sin embargo, los rumores del parqué de la Bolsa de Madrid apuntaban a que algo se estaba fraguando, cuando el miércoles el valor de Fadesa alcanzó su máximo histórico subiendo un 10,63%. La impavidez del Gobierno de la Xunta ante esta situación debería preocuparnos a los gallegos. Los movimientos accionariales de los últimos días no son simples jugadas especulativas, sino apuestas estratégicas de gran importancia y repercusión para esta comunidad. ACS ha entrado en el accionariado de Iberdrola (que registró un máximo de un 14,46% de subida) tras adquirir un 6,31% de las acciones de la eléctrica por 2.105 millones de euros. El grupo constructor que preside Florentino Pérez podría impulsar la fusión de Iberdrola con Fenosa, que sumarían una capitalización bursátil superior a los 47.000 millones de euros. Sería la mayor eléctrica de España, posiblemente presidida por Ignacio Sánchez Galán. Las eléctricas echan chispas, y este movimiento forma parte de la inercia de adquisiciones por parte de grandes constructoras. El pasado lunes, Acciona -el grupo constructor de la familia Entrecanales- anunció la compra del 10% de Endesa, ampliable hasta un 24,9%, con lo que el camino de Gas Natural y E.on se complica. ¿Habrá un nuevo movimiento por parte de algún empresario gallego? Se sabrá en los próximos días. Lo que está claro es que la Xunta y las cajas gallegas deberían desempeñar otro papel y cambiar su estrategia de inacción. Ya lo decía Concepción Arenal , que «es raro, muy raro, que nadie caiga en el abismo del desengaño sin haberse acercado a la orilla».