Abuelos golondrina

| JOSÉ RAMÓN AMOR PAN |

OPINIÓN

28 jun 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

LLEGÓ el verano, y con él, nuevas ilusiones y oportunidades para el desarrollo personal y comunitario, pero también problemas añadidos a un ritmo de vida ya bastante estresante. Uno de ellos, qué hacemos con los niños cuando ambos padres trabajan. Antes las cosas parecían mucho más fáciles, o lo eran en realidad, pero las circunstancias actuales son las que son y alguna manera inteligente habrá para tratar de conciliar la vida laboral y familiar, aunque creo que los pasos que se están dando siguen siendo sumamente tímidos. Pero no me voy a centrar en este asunto sino en otro que pasa más desapercibido y que a mí, personalmente, me parece mucho más sangrante. Y les voy a decir el porqué de esto último, antes incluso de exponer los pormenores del asunto: somos lo que somos, como personas y como pueblos, básicamente por lo que nuestros mayores han realizado a lo largo de su vida, en condiciones bastante menos ventajosas que las que tenemos nosotros a nuestra disposición. Por lo menos podríamos tener algo de agradecimiento respecto a ellos. La cuestión es que las vacaciones suponen también un reto para la familia cuando en su seno existe un anciano. ¿Nos lo llevamos de viaje con nosotros? ¡Menudo rollo! Y entonces pasa lo que pasa: quedan solos en casa, lo ingresamos en el hospital sin justificación o, si hay varios hijos, lo sometemos al tiovivo del casa en casa y tiro porque me toca. ¿Realmente estamos ofreciendo unos cuidados dignos cuando el mayor va rotando por cada uno de los hogares de sus hijos? ¿Es esto lo mejor que podemos hacer por ellos? Esta es una de las formas de maltrato psicológico que se están produciendo respecto a nuestros mayores. Cuando se habla de maltrato solemos pensar sólo en el físico, pero hay que caer en la cuenta que el maltrato psicológico tiene un potencial destructor tremendo pues va minando poco a poco la autoestima y quita las ganas de vivir al observar que los hijos sólo te ven como una carga y pasan olímpicamente de ti. A uno se le hiela el corazón cuando oye que cerca de 400.000 ancianos sufren maltrato o abuso en España, según manifestó ayer el presidente nacional de la Unión Democrática de Pensionistas de España, Luis Martín Pindado, con motivo de la celebración en Cáceres del IX Seminario sobre malos tratos y abusos a personas mayores. Qué fácilmente olvidamos lo mucho que hemos recibido -salvo excepciones- de nuestros padres.