Las palabras no son inocentes

ARANTZA ARÓSTEGUI

OPINIÓN

EL 18 DE MARZO, seis individuos armados con pistolas asaltaron poco después del mediodía el centro comercial Carrefour de A Coruña.

01 abr 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Tras arrebatar a dos vigilantes de seguridad de la firma Prosegur las sacas que acababan de recoger de la caja central -unos 140.000 euros-, huyeron con el botín en dos motos de gran cilindrada. La rapidez y la contundencia con que actuaron los atracadores dejaron atónitos a los testigos. Desde el primer momento se dijo que el modus operandi era característico de las bandas de delincuentes colombianos, aunque los investigadores no descartaron la posibilidad de que los autores del robo perteneciesen a los Grapo. El atraco, del que La Voz dio amplia información en los días siguientes, fue especialmente impactante por el día y la hora (sábado al mediodía) elegidos por los delincuentes momento en el que el hipermercado se encuentra abarrotado de personas. El título de la portada El lector Jorge G. Castillo, de A Coruña, nos envió un correo a propósito de la información que sobre este suceso dimos el día 20. «Leo en la portada el siguiente titular: "La policía cree que dos sudamericanos encabezan la banda que asaltó Carrefour", en referencia a la información que se ofrece en la página 11. Leída ésta, compruebo que en ninguna parte del texto la policía afirma tal cosa, y lo más que llega a decir la subdelegada del Gobierno -se supone que en representación de la policía- es que la forma en que se perpetró la acción es "muy característica" de grupos originarios de esos países (sudamericanos), si bien es cierto que las palabras entrecomilladas fueron pronunciadas tal cual por la citada autoridad. La noticia dice, aunque sin entrecomillar, que esa misma persona considera "probable" (las comillas son mías) que sólo uno o dos de ellos, probablemente los cabecillas, sean extranjeros». «La verdad -prosigue el mensaje-, no encuentro relación fiel ni certeza entre lo que se afirma en el titular y lo que se dice en el texto, más ambiguo en cuanto a que no achaca el delito a personas de una determinada procedencia. Diría más, extranjero y sudamericano no son palabras sinónimas, pues la segunda puede muy bien referirse a personas de nacionalidad española, aunque procedentes de América del Sur. Un hijo o nieto de gallego nacido en Uruguay, por ejemplo. Si esto es sorprendente, más lo es aún que se haya elegido este titular con referencia explícita a los sudamericanos, cuando del texto se pueden extraer otros posibles títulos con los que no se corre el riesgo de criminalizar a nadie. A mi entender, el título de la página 11 ("La policía cree que una banda muy organizada atracó el híper coruñés") es más acertado». En su extenso mensaje, Jorge G. Castillo se plantea y nos plantea acertadas reflexiones: «¿Cambiaría las cosas el que los atracadores fuesen sorianos y utilizasen el mismo modus operandi?, ¿los sudamericanos atracan mejor que los franceses?, ¿por qué es más supuestamente periodístico afirmar que los cabecillas son sudamericanos y no españoles? De hecho, según la información que da La Voz, no está clara la procedencia y nacionalidad de los seis delincuentes, de quienes sólo se dice que "al menos dos de sus miembros son sudamericanos". Dos de seis es franca minoría, pero, por lo visto, más llamativa y... exótica». El lector sugiere que en la primera página pudieron resaltarse otros datos: «Que el robo lo perpetró una banda profesional, o formada por personas de varias nacionalidades, o que una testigo afirmó que ninguno de los atracadores que se dirigieron a ella tenía acento ("no parecían de fuera", dijo), o que se buscan motos de gran cilindrada o... En fin, creo que había más posibilidades antes de elegir la que, a mi juicio, fue la peor posible: aquella en que se criminaliza a las personas por el hecho de ser distintas. Y eso, en un Estado de derecho y con una Constitución muy clara en cuanto al respeto a los demás, es inaceptable». Para hacer su razonamiento más evidente, el lector lanza una pregunta al aire: «¿Se imagina usted que el robo se cometiese en Argentina y que los periódicos titulasen "La policía cree que dos gallegos encabezan la banda que asaltó Carrefour"?, ¿cómo reaccionaríamos?». La razonada y razonable carta del lector me ha llevado a reflexionar sobre el tema y he observado que incurrimos a veces en este tipo de error. Por citar un ejemplo reciente, el día 21 informamos de un «crimen salvaje en Hamburgo» y decimos en el subtítulo: «Un alemán, de origen turco, decapitó a su esposa con un cuchillo de cocina». ¿Era necesario especificar que era de origen turco?