Antizapaterismo primario en EE. UU.

| ENRIQUE CLEMENTE |

OPINIÓN

20 abr 2004 . Actualizado a las 07:00 h.

AÚN ESTUPEFACTO por el increíble editorial de The Wall Street Journal titulado Generalissimo Zapatero , en el que el diario estadounidense compara al presidente español con Franco, llegaba la noticia de que Aznar ha llamado a Bush para criticar a su sucesor por retirar las tropas. El día anterior el belicoso presidente de EE. UU. había abroncado a Zapatero por dar «falsas esperanzas a los terroristas y los enemigos de la libertad en Irak». ¿Es posible tanta zafiedad, mal estilo, mala fe, desconocimiento histórico, inoportunidad y falta de patriotismo? Vayamos por partes. The Wall Street Journal es un diario excelente en su parte informativa y ultraderechista en sus páginas de opinión. Tan sectario que es capaz de caer en el disparate histórico, en la desinformación e incluso en la insidia. Porque comparar la decisión de Zapatero con el aislacionismo y el antieuropeísmo que practicó Franco y decir que éste estaría orgulloso de él es un dislate monumental. Además de una provocación innoble porque el propio editorial recuerda que el abuelo del presidente fue fusilado por los franquistas, como otros decenas de miles de demócratas. El Gobierno español se define como entusiasta de Europa y sus Fuerzas Armadas han participado y toman parte en numerosas y peligrosas misiones de paz por todo el mundo (los Balcanes, Centroamérica, Afganistán). ¿Es eso aislacionismo? Decir que la retirada pone en peligro la vida de los soldados aliados y de los iraquíes, como hace el diario, es una bajeza y una falsedad. La llamada de Aznar a Bush para «lamentar» la retirada es por lo menos poco oportuna. A veces, en momentos difíciles para España como son éstos, el silencio es la mejor y más patriótica virtud. Sobre todo cuando al presidente de tu país le llaman cobarde. Salvo que se quiera hurgar en la herida. La decisión de Zapatero, la manera y el momento en la que la adoptado, pueden ser discutibles. Lo que es indiscutible es que un ejercicio de coherencia y, sobre todo, una manifestación de la soberanía nacional. No hay que ocultar que es un golpe muy duro, sobre todo político y simbólico, al proyecto de guerra preventiva de Bush y sus halcones. Este país ha sufrido el terrorismo como pocos, el de ETA, y ahora el islamista. ¿Les parece poco? Lo que han demostrado los miembros de las fuerzas de seguridad, los jueces, los militares, los políticos del País Vasco y muchos españoles no es cobardía precisamente. ¿O quizá la valentía supone masacrar a civiles y niños como en Faluya? Los neoconservadores que gobiernan en Washington sólo aceptan la sumisión absoluta.