Fotografías

| JUAN CARLOS MARTÍNEZ |

OPINIÓN

26 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

DE CÓMO se prestan las palabras a tergiversar la verdad no hace falta que hablemos mucho: hemos visto lo que son los desplazamientos de la masa manifestante, los efectos colaterales, las acciones preventivas; además estamos en campaña electoral. Ya lo decía Ambrose Bierce, el escéptico americano: «La palabra es la flauta con la que encantamos la serpiente que guarda el tesoro de los demás». La fotografía no es así. Se puede apuntar hacia otro lado, pero no falsear. Hoy hace un año que perdimos al fotógrafo que nos dejó para siempre la huella del drama de la emigración, Manuel Ferrol. El artista dijo de aquel reportaje cumbre por el que hoy figura en los libros de historia de la fotografía: «Podía haber hecho muchas más pero, sumergido entre aquellas gentes, uno se sentía contagiado y no se tenían ganas de hacer fotos». Los que usamos la palabra, ¿aprenderemos alguna vez que podemos ejercer de notarios de la actualidad sin dejar de ser personas?