Francia manda en el eje

| MANUEL MARLASCA |

OPINIÓN

20 mar 2003 . Actualizado a las 06:00 h.

DEL «HOY todos somos berlineses» pronunciado por John Fitzgerald Kennedy en su visita al check point de un Berlín dividido al «Bush asesina inocentes» de los manifestantes alemanes de ayer en su recorrido desde la Alexanderplatz hasta la puerta de Branderburgo, también en Berlín, ha pasado algo más de los treinta años que median entre estos dos acontecimientos. Del envío por el presidente Miterrand de 10.000 soldados (la división Daguet, comandada por el general Roqejeoffre) a la guerra del Golfo de 1991 y al rechazo a la acción emprendida por Estados Unidos contra Irak expresado solemnemente en la mañana de ayer por el presidente Jacques Chirac («Francia rechaza esta acción sin el aval de las Naciones Unidas, y sus consecuencias serán muy pesadas para el futuro sea cual sea la duración del conficto») ha pasado también más que los diez años largos que median entre estos dos acontecimientos.Los alemanes se lamentan del ataque a Irak y el ministro de Asuntos Exteriores, Joschka Fischer, califica la guerra como la peor de todas las soluciones, que no es precisamente una contribución a la fraseología histórica, sino el mínimo exigible a quien representa al gobierno opuesto a la manera en como Estados Unidos quiere resolver el conflicto.Chirac, levantado sobre sus propias cenizas de corrupciones y amenazas judiciales por sus oscuros negocios al frente de la alcaldía de París, acude a la cita que la Historia -con mayúscula- le negó durante más de siete años y aventura que «mañana tendremos que reencontrarnos con nuestros aliados, con toda la comunidad internacional, para hacer frente a los desafíos que nos esperan».Manda Francia en el nuevo eje , como un guiño que la Historia -otra vez la Historia- hace a los franceses ocupados durante un horror por los alemanes a los que Estados Unidos ayudó a derrotar hace sesenta años.Algo hemos avanzado de entonces acá. Chirac se conforma con expresar su deseo de que «estas operaciones sean lo más rápidas y menos mortíferas posibles».