MALAPROPISMOS Y DISPARATES

FRANCISCO RÍOS [hablar.bien@lavoz.es]

OPINIÓN

05 jul 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Una característica de los malapropismos, ciertos usos incorrectos de palabras de los que se habló aquí hace unos días, es que las voces que se utilizan mal son fonéticamente parecidas a las que deberían emplearse. Varios lectores relatan algunos disparates que unas veces son auténticos malapropismos, y otras, diferentes clases de despropósitos, más relacionados con la antonimia, los barbarismos léxicos o las impropiedades. Entre los primeros, una cita de un informe de un funcionario de un municipio de la provincia de A Coruña: « Personalizados en el lugar de los hechos provistos de un destornillador y de una escala de mano...». Y una larga serie de frases, alguna de las cuales posiblemente no sea del todo espontánea: «Esto aclama al cielo»; «Hubo funeral córpore insepulcro» ; «De primero hay merluza rebosada» ; «Fue una jugada de antropología »... Más allá de los malapropismos, la víspera del España-Irlanda se pudo leer en un periódico que Camacho había dicho que no se puede comprar (por vender ) la piel del oso antes de cazarlo. Es imposible saber si la operación comercial debe atribuirse al seleccionador o si es un inmerecido sambenito con que lo distingue el cronista. Unos días después, concretamente el de la huelga general sobre cuya existencia se sigue discutiendo, un político con cargo y residencia en Galicia espetó ante un micrófono: «Me siento medianamente satisfecho de que no haya habido auténticas batallas campales». El doctor Arturo R. Hervada, hoy en Filadelfia, recuerda a un personaje que en cierta ocasión respondió a quienes de él se burlaban por sus problemas con el castellano: «Ustedes se ríen de mí, pero yo digo como Julio César: "Viri, viri, viri"».