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La Voz de Galicia
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01 jun 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Galicia es la meta del trayecto simbólico a lo largo del cual se fue construyendo una Europa que fue dejando lo mejor de sí misma en el camino. Pero, ¿hacia dónde camina Galicia? Los eventos del 93 y del 99, con el colofón que supuso en el 2000 que Santiago fuera Capital Europea de la Cultura, constituyeron un fin de siglo que despidió la tradición milenaria de las peregrinaciones con una lluvia de cohetes y fuegos artificiales. El 2004 traerá el próximo Xacobeo justo antes de que los fondos estructurales europeos reconduzcan sus objetivos hacia el centro y norte de Europa y debiéramos llegar a ese momento sabiendo cómo vamos a encarar ese futuro cercano. Tal vez ha llegado la hora de que el viejo camino que conduce a Santiago, completando la tríada de la cristiandad con Roma y Jerusalén, se vuelva sobre sí mismo para que podamos concebir la ruta en sentido Oeste-Este y configurar un flujo que sea también de respuesta y no sólo de retorno. Setenta periodistas convocados por sexto año consecutivo por la Asociación de Periodistas del Camino de Santiago se reúnen este fin de semana en el Monasterio de la Magdalena de Sarria. Su reflexión gira en torno a la idea de una Europa que cada vez se sale más de los márgenes de la Unión y abre su mirada hacia vecinos del norte y del este, Rusia incluida. Galicia tiene que dejar de estar ensimismada en su papel de final de trayecto para compartir, al mismo tiempo, el inicio de un nuevo ideal europeo donde cada actor tenga su espacio y su papel distribuidos con equidad y sentido cooperativo. Donde los sectores productivos tradicionales puedan convivir con las nuevas tecnologías y donde el espíritu viejo de este pueblo sirva de sedimento para un nuevo aliento, sin esperar, resignadamente, a que sean otros los que sigan el impulso de moverse hacia aquí o de hacernos mover por estímulos externos. Debemos ir hacia adelante. Siempre in itinere . Avanzando.