JUAN J. MORALEJO
04 feb 2002 . Actualizado a las 06:00 h.Juro a lo celta, juro por los dioses que jura mi pueblo que voy a decir la verdad, sólo la verdad y nada más que la verdad; no toda la verdad porque queda mucha en reserva y ya veremos... Lo que sigue está sacado de un manual universitario de Lengua Española inoculado a un montón de pardillos que tendrán poca o ninguna capacidad de reacción ante esta sádica y dantesca consumación de la llamada industria textil o arte de colocar el libro de texto. Ejemplo para análisis fonológico: Estoy leyendo dos expléndidas novelas: una de ellas es `Esplendor en la hierba`. Y el Nebrija virtual quiere que el alumno se percate de que la solución culta que hay en expléndidas contrasta con la coloquial de esplendor, que se resuelve con sólo escribir y pronunciar s. ¡Manda truco, señores, o manda aquello, a elegir! El abuso de ex- es frecuente y sintomática falta de acostumbramiento de gente que lee poco y mal, pero se perece por pomposidades. Es abuso que también resuena en este Nebrija de granja: nos dice que se escriben con x las palabras que comienzan con ex-, expr- o expl-, aunque hay excepciones como esplendor, espliego. Las excepciones que el Nebrija de palleiro reconoce nos aclaran que el aromático espliego no fue pliego en sus años mozos, pero también nos ponen en la duda de que exfoliar pudiera ser dejar al prójimo sin folios. A fin de cuentas la perogrullada de que se escribe con equis lo que empieza por ex- hace buenas migas con creer o dar pie a creer que, en el caso de hoy, dos novelas fueron pléndidas, pero ya no lo son, pasaron a ex-pléndidas. Esa línea etimológica puede negarse por vía analógica y sin vuelta de hoja: mi amigo y colega Celso no necesita jubilarse para ser Ex-celso, pues ya lo es. Saber donde cae bien ex- y donde viene mejor es- nos aclara, por ejemplo, que un esputo no tiene un pasado escabroso. Si lo tiene o no excabroso habrá que preguntárselo a las cabras. En fin, hay para rato en este librejo de profesor universitario que, recogiendo alguna de las otras joyas con que joye a los alumnos, merece nuestro alhago porque recoje un tesoro de lindezas con que absorve nuestras meninges. El pollo inicuo no se sabe ni la lista de las preposiciones, pues en ellas incluye aun. A este Nebrija das silveiras no le vendrían anchas las oposiciones que algunos desinformados a su favor siguen llamando franquistas, porque ya antes no pasaría el dictado del ingreso en bachillerato.