El sistema productivo gallego se debilita tras una intensa década de cierres. Con la pandemia amenazando, y sin fecha clara de recuperación, la competitividad para captar nuevas inversiones cae a mínimos históricos y deja a Galicia sin alternativas claras para renovar el tejido industrial

REDACCIÓN / LA VOZ

La inversión industrial se mueve por algo llamado costes de producción. Su fidelidad a un territorio, a un país, es tan voluble como interesada. Se deja querer por subvenciones, incentivos pero, sobre todo, por un


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