
El hotel que funciona como centro de acogida de Ribeira de Piquín, en Lugo, y un albergue del monasterio de Sobrado, en A Coruña, dejarán de funcionar a lo largo del mes porque, según el Gobierno, la mayoría de los usuarios ya completaron el programa de emergencia
15 abr 2025 . Actualizado a las 20:53 h.En el mes de julio se cumplirá un año de la llegada de los primeros migrantes a Galicia en el marco de lo que el Gobierno definía como una emergencia humanitaria debido a la llegada de decenas de cayucos a las costas de Canarias. Los más de 400 refugiados que recalaron en la comunidad se repartieron en varios establecimientos alrededor de la comunidad gestionados por diferentes organizaciones, pero el paso del tiempo trajo cambios y ahora dos de ellos cierran sus puertas. En Ribeira de Piquín el hotel Mirador de Barcia —con 62 plazas— y uno de los albergues del monasterio de Sobrado —con 74— dejarán de funcionar como centro de acogida de refugiados este mes de abril. Los dos están gestionados por la ONG Rescate.
Según informan desde la delegación del Gobierno en Galicia, el cierre se debe a que la mayoría de usuarios han completado el programa de emergencia al que estaban acogidos. En el centro de Ribeira de Piquín, por ejemplo, quedan actualmente 30 refugiados que, según indican, se reubicarán en otros centros de características similares. Son migrantes que continúan dentro del itinerario de seguimiento, sujetos al programa de ayuda humanitaria y que, dadas estas circunstancias, tienen garantizado el alojamiento, la manutención y la formación, así como el apoyo psicológico, en otros lugares de acogida.
Todos los refugiados llegaron a Galicia como solicitantes de protección internacional (algo que les permitiría trabajar a los seis meses de iniciar los trámites), pero a alguno de ellos se la denegaron y tuvo que salir del programa. Otros legalizaron su situación, encontraron trabajo y abandonaron el centro, mientras que compañeros recién llegados a Canarias cubrían sus plazas. Fuentes cercanas a las organizaciones humanitarias aseguran que los migrantes que residen ahora en los centros de acogida «nada tienen que ver» con los que llegaron el pasado mes de agosto.
En este contexto de cambios, también los centros pasan por diferentes fases. En el caso del de Ribeira de Piquín o el de Sobrado dejan de funcionar porque, como explica la delegación del Gobierno, la mayoría de los refugiados terminaron el programa de emergencia y, por tanto, abandonaron el centro sin llegar a cubrirse sus plazas.
Pero no ocurre lo mismo, por ejemplo, en la pensión Ancares, en Becerreá, que cuenta con un mayor número de usuarios y amplió el plazo de funcionamiento el pasado mes de enero. No lo hizo, sin embargo, dentro del programa de emergencia (en el que están Ribeira de Piquín o Sobrado), sino que continúa ofreciendo el servicio como un centro de acogida de personas solicitantes de protección internacional, gestionado por la ONG Rescate y circunscrito al sistema de acogida del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
«Quedamos cunha experiencia moi positiva porque colaboramos no que puidemos, especialmente na integración destas persoas en empresas da comarca»
El alcalde de Ribeira de Piquín, Roberto Fernández, celebró la noticia de la llegada de migrantes a su concello desde el primer momento. Ahora, tras conocerse que el hotel Mirador de Barcia dejará de funcionar como centro de acogida, dice que «sacamos conclusións moi positivas porque colaboramos en todo o que puidemos». «Sempre colaboramos no que puidemos e creo que fixemos unha boa labor —añade— coa integración destas persoas en diferentes empresas da comarca». Además, destaca que «nunca houbo ningún problema de convivencia»