La contradicción del pueblo calé

LUGO CIUDAD

En la última boda gitana de Lugo convivieron fenómenos actuales, como el «piercing» de algunos jóvenes, con tradiciones machistas ancestrales, como el rito del pañuelo

28 mar 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Algo se está moviendo en la cultura gitana en Lugo. Poco a poco, de manera casi imperceptible para muchos, pero a pasos agigantados para una civilización milenaria como la calé. La reciente boda de otra nieta del patriarca de Lugo, Castroverde, puso de manifiesto las enormes contradicciones que está viviendo un pueblo en el que conviven tradiciones actuales, como los piercing que adornan labios y narices en los más jóvenes, con las costumbres más ancestrales, como la controvertida prueba del pañuelo, mediante la que se comprueba que la mujer llega virgen al matrimonio.

El respeto a los mayores se conserva intacto, o casi. «A la juventud toda: quiero una boda tranquila, no quiero un mosqueo aquí», sentenció el patriarca lucense micrófono en mano cuando los comensales tomaron asiento en el Pazo de Feiras e Congresos, donde se celebró el enlace. El silencio y el respeto fueron absolutos.

Poco antes, Castroverde había «ordenado» a los jóvenes levantarse de las sillas. Las previsiones de afluencia se habían desbordado -en las bodas gitanas se convida a familias enteras- y medio centenar de invitados permanecían en pie porque no quedaban sitios libres. «Que se sienten los mayores en las mesas, esto no puede ser, hay mayores de pie». Hubo miradas de reojo entre la gente que estaba sentada y solo algunos gitanos acabaron dejando sus lugares.

Casarse después de los treinta

En la actualidad hay mujeres gitanas que estudian, incluso carreras universitarias. También hay algunas que no se casan antes de cumplir los treinta años porque así lo deciden. Algo impensable hasta hace poco tiempo. Señalan que todavía siguen presentes bastantes actitudes machistas, aunque parece que poco a poco se van atenuando.