El «rexurdimento» del porco celta

La Voz SAÚCO FERNÁNDEZ

A FONSAGRADA

PRADERO

01 ago 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

EL CONSELLEIRO LUCE CAMISETA. Durante la visita a una granja de A Fonsagrada, Suárez Canal recibió como curioso obsequio una camiseta y señaló: «Será como a talla do porco, XL» La raza porcina celta fue la única inquilina de las cuadras gallegas hasta principios del siglo XX, pero los avatares de aquellos años, que tantos cambios originaron en la sociedad, influyeron también en la vida del animal. Éste se vio rápidamente sustituido por variantes extranjeras, más exóticas y rentables para la economía de subsistencia de la época. De este modo, la raza autóctona llegó a encontrarse en grave peligro de desaparición. Ahora la situación ha cambiado, y el interés de algunos ganaderos gallegos, junto con el respaldo de la Administración, hacen que la raza gallega esté inmersa en este «rexurdimento». A ello contribuyen, en gran medida, los propietarios de la Sociedade Porco Celta Fonsagrada, que ayer recibieron la visita del conselleiro de Medio Rural, Alfredo Suárez Canal. El mandatario, acompañado por alcaldes de la zona y por distintos directores xerais, realizó una visita por la nueva explotación ganadera. Desde la empresa afirman que pretenden controlar todo el proceso de producción, para ello cuentan con distintas instalaciones repartidas por la comarca; una granja con capacidad para más de 50 hembras destinadas a la reproducción, una amplia carballeira de 17 hectáreas donde los animales campan a sus anchas y un edificio habilitado para el proceso de elaboración de los productos. En definitiva, un complejo proceso de trabajo, que no descuida la selección genética, y que pretende equiparar la calidad del porco celta con la de otras razas de prestigio, como el cerdo ibérico. El conselleiro Suárez Canal, después de realizar la visita a la meca del porco celta, afirmó que «o proxecto é unha aposta interesantísima, que merece todo o apoio. Ademais este tipo de explotacións teñen moito futuro porque o mercado, cada vez máis, demanda a singularidade dos produtos».