Jubilados

antón grande

LUGO

17 may 2024 . Actualizado a las 17:39 h.

Hay qué ver la que han montado los viejos, los ancianos, los de la tercera edad, los mayores o como coño se nos quiera llamar a los que ya peinamos canas, porque les han limitado sus guateques en el centro para ellos destinados en Frigsa. Y eso sí que no. Por ahí no se pasa. Qué no estuvo bien hecho, vamos, que los de mi generación, las un poco anteriores y las próximas superiores, despertamos a la vida en fiestas, romerías, verbenas y guateques con más o menos luz.

A lo que se conoce, a los bailes de Frigsa acuden en un porcentaje alto las féminas y ante la falta de abundante concurrencia masculina local, vecinos de pueblos cercanos acudían a participar de la fiesta, echarse unos bailes, conocer a gente, sentirse acompañados, al igual que ellas, claro, tomarle algo y si caía un ligue, tampoco había porque rechazarlo. O sea, la vida misma, con más o menos edad.

Esto no gustó a las autoridades municipales que decidieron meter tijera, limitando el número de asistentes y evitando la presencia foránea, lo que provocó un malestar generalizado y en consecuencia, una protesta que pudo haber ido a más pero que hizo recular a los encargados del bailoteo, que decidieron volver a dejar las cosas como estaban y que los pasodobles, los merengues y los chachachás volviesen a sonar para todos los que quisiesen acudir al festejo.

Desde luego, las generaciones anteriores a la mía y algunas de las posteriores, siguen teniendo su punto de revolucionarias a pesar de los años y lo demuestran cuando se encienden, ya sea con las manifas de las asociaciones de jubilados o simplemente, por un baile. Lo han demostrado una vez más. Están en forma. La próxima vez, ¡a las barricadas