Una pasarela absurda

Luis Latorre

LUGO

oscar cela

06 may 2021 . Actualizado a las 13:42 h.

Hasta la construcción de la nueva pasarela sobre la Nacional VI, los peatones que acudían desde calle Pousadela (a la que lo de “calle” le viene un poco grande, pero nos entendemos) tenían que hacer un recorrido de 300 metros caminando para llegar al Ángel Carro. Casi un millón de euros después, la administración municipal ha logrado que sólo tengan que andar unos 275 metros, ¡un ahorro de 25 metros de recorrido! ¡Magnífico! ¡Y por sólo 880.000 euros de nada!

Es inconcebible y ridículo, además de un despilfarro inaceptable. Se afirma que se va a mejorar la seguridad de los peatones cuando la situación será exactamente la misma. Seguirán teniendo que cruzar el ramal de salida de la Nacional VI y el aparcamiento del Ángel Carro, lo que además de ser igual de inseguro supondrá unos atascos para la salida de vehículos en los partidos de padre y muy señor mío.

Por si todo esto fuera poco la pasarela termina en medio y medio de una isleta. Como lo leen. En pleno triángulo formado por los accesos y la propia carretera Nacional VI. Muy cómodo y accesible, sí.

Y no será por dinero. El presupuesto inicial de la pasarela era de algo más de medio millón de euros, pero se aumentó en 300.000 más para ponerle “vigas dóricas” (un invento propio del Ayuntamiento de Lugo porque a mí la profesora Rosa Piñeiro sólo me enseñó en Historia del Arte las columnas dóricas) y darle un impacto “más visual”. Usar ese dinero para alargar unos metros la pasarela para que no haya que cruzar carriles de coches, ya si tal otro día.

A todo esto, se vende este proyecto como una mejora del acceso al río, cuando es evidente que nadie que vaya al Miño va a usar esa pasarela porque no va hacia allí sino al aparcamiento del campo de fútbol. Por lógica y por economía peatonal irán por donde ahora, por debajo del puente de la Nacional VI porque llegan mucho antes.

No sé en qué piensan cuando hacen estas cosas.

Luis Latorre, autor del blog www.desdelugo.es