El aficionado más frío del Breogán

LUGO

cedida

Una seguidora breoganista apadrinó a un pingüino en la base española de la Antártida con el nombre del club

07 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Los gallegos están en casi todo el mundo, tal y como se pudo comprobar en un reciente reportaje de La Voz en el que se explicaba que solo hay 57 países sin presencia de alguno, y el Cafés Candelas Breogán es uno de los mejores embajadores de Lugo y de Galicia, por lo que cuenta con seguidores en muchos rincones de nuestro planeta.

La afición breoganista siempre destacó por su ardor animando al equipo y por eso es complicado encontrar a un aficionado del cuadro lucense que sea frío, pero también lo tienen, en concreto un pingüino que reside durante buena parte del año en la base del ejército español en el lugar de la Punta Descubiertan en la Antártida.

El animal no es que siga los partidos del equipo, sino que ha sido apadrinado por una aficionada y ex trabajadora de la Fundación del Breo, Patricia Muñoz Ayala, que no dudo en bautizarlo con el nombre del equipo. «Ya lo quisimos hacer el año pasado dentro de uno de los proyectos que desarrollamos relacionados con el ámbito de la naturaleza en el colegio Tino Grandío de Guntín en el que trabajo, pero se nos pasó el plazo. En esta ocasión anduvimos a tiempo y cuando regresaba el pasado sábado del partido de Santiago decidí hacerlo».

Pasión por el equipo

Los motivos por los que el palmípedo recibió el nombre de Breogán son obvios. «El nombre me encanta, es muy gallego y el del equipo de mi ciudad por el que siento pasión, así que no tuve ninguna duda», explicó Patricia Muñoz Ayala.

La manera en la que Patricia Muñoz Ayala se enteró de que podía apadrinar un pingüino es curiosa. «Fue a través de la publicidad, en este caso creo que de la revista National Geographic, vi la idea, me gustó y decidí comprometerme».

Un dato curioso de esta campaña, impulsada por el Ministerio del Interior, es que el apadrinamiento de las aves es gratuito, pero los que lo deseen pueden aportar alguna cantidad económica. El reto que se marcaron los impulsores de la idea fue el de lograr 5.000 apadrinamientos y donar la cantidad íntegra de la recaudación a la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).

«Me pareció una excelente manera de implicarme con el Medio Ambiente y dar también un motivo de implicarse a los niños del colegio, a los que la idea les pareció de maravilla y les hizo una gran ilusión. Lo único que nos gustaría es poder hacerle un seguimiento, algo por lo que los niños me preguntaron y que les encantaría, pero no existe esa posibilidad y nos tenemos que conformar con la foto y el diploma», explicó Patricia Muñoz Ayala.

La relación de Patricia Muñoz Ayala con el Breogán es muy estrecha y duradera y se remonta a varias generaciones de su familia. «Mi padre ya iba a los partidos y recuerdo que el primero al que fui fue uno contra el Real Madrid en el antiguo pabellón en la década de 1980 que ya hizo que me enganchara al baloncesto y al Breo», explicó esta aficionada a la que unen lazos familiares con ilustres lucenses del mundo de la canasta como el entrenador Javi Muñoz o el ex jugador Tito Real.

Tesis doctoral

La pasión por el Breogán fue aumentando y años después Patricia Muñoz Ayala realizó su tesis doctoral sobre la integración de los emigrantes extranjeros en la ciudad de Lugo centrada en el deporte como puerta de entrada en la sociedad.

Un amigo le comentó que su proyecto sobre la integración podría tener cabida dentro de la Fundación del Breogán y, aunque su primera intención fue de cierto recelo por temor a que no la consideraran adecuada, decidió proponérselo a los responsables del club a principios de los años 2000, que lo aceptaron de buen grado.

La profesora lucense comentó entonces a trabajar en la Fundación del Breo, en la que además de desarrollar su trabajo llegó hasta a oficiar de intérprete con los jugadores extranjeros, además de realizar reportajes multimedia.

La estrecha relación que tuvo con varios jugadores durante varios años todavía perdura hoy y el mejor ejemplo es que todavía mantiene un contacto casi diario con uno de los mitos del breoganismo, Charlie Bell. «Para mí es de la familia y disfruté mucho con él cuando viajé a Milwaukee y pude asistir tanto a entrenamientos como a partidos del equipo, fue fantástico.