Pasado del Obradoiro, presente del Breogán

LUGO

Carlos Castro

Jaime Capellá Pérez fue delegado y médico del cuadro compostelano en la década de 1980 y su hijo Jaime Capellá Bouza es el preparador físico del cuadro lucense

02 mar 2019 . Actualizado a las 17:15 h.

Las confluencias entre Breogán y Obradoiro son muchas, pero ninguna tan directa como la familia Capellá, que forma parte directamente del pasado del cuadro santiagués y del presente y futuro del lucense.

Jaime Capellá Pérez estudiaba Medicina en Compostela a principios de los años 80 y ejerció primero como delegado del equipo compostelano, al que llegó después de pasar por el júnior, y después de médico. Casi 40 años después su hizo, Jaime Capellá Bouza, llegó al equipo de Lugo primero para ejercer de fisioterapeuta y ahora de preparador físico.

En cuatro décadas mucho han cambiado las cosas en el baloncesto y así lo reconocen ambos. «Hice de delegado, de intérprete por ser el único que chapurreaba inglés y hasta de entrenador en una fase de sector júnior que jugamos en Oviedo y en la que solo nos superó el León, recuerda el padre, que compartió experiencias desde el banquillo con técnicos como Pepe Casal, Jorge Peleteiro, Julio Bernárdez, Alfonso Rivera o Malvar.

Relación con jugadores

La relación con los jugadores, es algo que siempre mantendrá el ex galeno del Obra. «Nunca perdí el contacto con Bill Colllins casi hasta que falleció, así como con otros míticos como Aldrey, Juane, Mario Iglesias o Lete», explica para añadir que «Breo y Obra son equipos que siempre contaron en sus filas con jugadores gallegos, un detalle que para mi tiene una gran relevancia».

Los recuerdos de su progenitor no son ajenos para su vástago, que no puede evitar una sonrisa al decir que «es verdad que conozco muchas historias de aquella época por las batallitas que me cuenta mi padre», para añadir que la influencia de su progenitor fue decisiva para que se inclinara por el deporte de la canasta. «Supongo que cuando en casa te inculcan los valores del deporte y también de la medicina es normal que te gusten. En mi caso fue así y por eso uní ambas cosas en mi profesión al estudiar Inef y fisioterapia para dedicarme a lo que realmente me apasiona, la readaptación», explicó el breoganista.

Espectacular Nate Davis

En su largo periplo en Compostela, Capellá Pérez, ha visto pasar a muchos jugadores, pero si alguno le ha marcado especialmente baloncestísticamente hablando fue Nate Davis. «Era espectacular. Nunca olvidaré que estuve presente en el partido ante el Real Madrid en el que anotó una canasta de la que todavía se habla hoy. Me regaló una de sus camisetas, pero yo la acabé regalando también».

Los cambios en el deporte de la canasta y en el plano médico fueron enormes, según explican ambos. «En mi época un vendaje funcional era algo casi milagroso y los jugadores no tenían ni idea de como vendarse.», dice el padre, a lo que su hijo apostilla que «hoy todos se vendan y el material es muchísimo mejor. Disponer de pruebas médicas como una resonancia o una ecografía en 24 horas es una gran ayuda». Otro cambio que en este caso reconoce el padre es que la repercusión mediática del deporte en los medios no era nada comparable con la que existe en la actualidad. «Antes era un baloncesto más local y ahora está más globalizado».

Los viajes de equipo tampoco tienen nada que ver con los de antes. «Recuerdo que nosotros llegamos a viajar a un partido a Canarias el entrenador, siete jugadores y yo, y lo normal es que pocas más personas fuéramos», dice el progenitor su hijo apunta que «ahora viajan los 12 jugadores, el cuerpo técnico, fisios, preparador físico y médico. Son desplazamientos más cómodos y que exigen menos desgaste a los jugadores para que puedan rendir al máximo».

En el plano médico, Jaime Capellá Pérez, recuerda que es uno de los miembros y directivo de la Asociación Gallega de Medicina Deportiva (Agamede) y un pionero en prestar la colaboración de la Cruz Roja en partidos de base, esencialmente los del CB Sarria, así como de uno de los que más lucharon para que en todos los polideportivos se instalen desfibriladores para atender casos de urgencia.

Visitas al Pazo para ver a mitos como Pau Gasol

El destino trajo a la familia Capellá Bouza a residir en Sarria, villa desde la que venían al Pazo a ver al Breogán con bastante asiduidad. «No recuerdo si la primera vez que vi al Breo me trajo mi padre, que es muy posible, o vine con el equipo del CB Sarria en el que jugaba. Si recuerdo que me trajo en varias ocasiones a Lugo para ver partidos importantes, como cuando vino Pau Gasol».

Las relaciones entre ambos conjuntos siempre fueron buenas y Capella Pérez recuerda a grandes amigos que hizo en aquella época y que conserva. «Recuerdo siempre a un gran aficionado del Breo y una persona especial como Tolón, que por desgracia ya no está con nosotros, así como a Victorino Melle o el doctor Giao, breoganistas de pura cepa y amantes del baloncesto».

Pronóstico del derbi

En lo que compete al desenlace del partido del sábado, el ex obradoirista trata de ser diplomático. «Al no poder ser un empate, lo que realmente quiero es que los dos continúen en la Liga Endesa la próxima temporada confirmando el buen nivel del baloncesto gallego». El hijo no tiene dudas sobre que la victoria tiene que venirse para Lugo y puntualiza que «tenemos que seguir ambos en la ACB para vivir derbis gallegos tan apasionantes y emotivos como el de la primera vuelta».

«La verdad es que me hace mucha ilusión que mi padre venga a verme a los partidos y que me presté su apoyo. Supongo que dentro de 30 años seré yo el que esté en su situación y el que podrá contar sus experiencias en este caso en el Breogán», concluyó Jaime Capellá Bouza ante un padre que no podía disimular el orgullo de compartir protagonismo mediático con su hijo