Cuatro millones, posible coste de la variante ferroviaria de Parga

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

LUGO

ALBERTO LÓPEZ

La ausencia de complejidades orográficas ayuda a que el presupuesto de la obra no se dispare

07 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Una variante es la aspiración sugerida en Parga como alternativa al plan de ADIF de supresión de los tres pasos a nivel que aún quedan en la localidad. Frente al proyecto del organismo Administrador de infraestructuras ferroviarias, que consiste en construir un paso inferior y que rechazan vecinos y partidos políticos por entender que fomentaría la división de la villa en dos partes, la idea de construir un nuevo trazado para la vía, que iría más al norte que la actual, se ha abierto paso.

El ingeniero Xosé Carlos Fernández, experto en infraestructuras, sostiene, a falta de un estudio detallado y de un conocimiento minucioso del terreno, que el coste de la obra podría situarse entre tres y medio y cuatro millones y medio de euros.

 EL TRAYECTO

Un recorrido similar al actual. La variante tendría un recorrido de aproximadamente 2,7 kilómetros, explica Fernández. Como ya explicó en días pasados este mismo experto, la obra incluiría un puente sobre el río Parga, cuyas dimensiones exactas no se atrevió a precisar, así como sendos pasos elevados sobre la carretera que llega a Parga desde Mesón da Cabra, de titularidad autonómica, y sobre la que llega desde A Moscosa, perteneciente a la red viaria de la Diputación.

 CONDICIONANTES

Las bolsas de agua y los movimientos de tierra influyen. Fernández subraya que si no hay problemas de agua en el subsuelo, cabe descartar que la obra supere la estimación presupuestaria efectuada por él. Sí hay que tener en cuenta, agrega, posibles movimientos de tierra, que si fuesen estimables, elevarían el presupuesto.

 DETALLES

Igual tipo de vía y coste asumible para ADIF. Los cálculos de Fernández están realizados con la idea de que la vía que se colocaría en la variante sería igual que la que hay en el trazado que discurre por el casco urbano de Parga: opina que no tendría sentido recoger un cambio si no hay planes de ADIF que indiquen modificaciones en ese sentido. También sostiene que se trata de un coste en principio asumible para el citado organismo, aunque sin olvidar que se trata de una zona, el tramo Lugo-A Coruña, donde no se han ejecutado ni anunciado grandes inversiones.

 UNA IDEA CENTRAL

La seguridad, el gran avance. La construcción de la variante supondría la eliminación de pasos a nivel, y el que hay en el centro, que soporta el tránsito de vehículos, es el ejemplo más claro de una situación que debería superarse. Por ello, recalca Fernández, hay que estudiar y plantear la obra como una actuación que mejoraría la seguridad en la zona.

 En ese sentido, agrega, la variante de Láncara supone un ejemplo, pues se suprimieron 13 pasos a nivel en un tramo de unos ocho kilómetros. La seguridad, insiste, es el aspecto en el que «más fuerza se puede hacer», ya que así no se podrá rechazar la obra por considerarla un capricho.

 PLAZOS

Al menos tres años antes de los trabajos. Si se logra el compromiso de ADIF de construir la variante, el primer trámite será la elaboración del estudio informativo, al que seguirá el de impacto ambiental. Fernández recuerda que antes incluso de que se inicie la redacción del proyecto pasarán unos dos años. Luego se iniciará esa redacción, que puede requerir, dice, de seis a nueve meses.

 Por ello, agrega, puede asumirse que antes de tres años no se realizaría ni un solo movimiento de tierra, aunque Fernández contrapone esa espera con el alcance que tendría la obra: «Un ferrocarril dura cien años», dice. Por otro lado, cree que la obra, al no encerrar grandes complejidades técnicas, podría llevarse a cabo en un año.

 CONTRAPRESTACIÓN

Algún beneficio para ADIF. Fernández reiteró ayer la idea de que la construcción de la variante también podría suponer un beneficio económico para ADIF: si algunos terrenos -el de la estación y el del muelle de carga, por ejemplo- se liberan, el organismo puede conseguir algún beneficio. Otra consecuencia puede ser que el tramo de línea férrea inutilizado se convierta en una vía verde, con usos ambientales y turísticos.