2016 • Francia.• Christian Vincent • Fabrice Luchini, Sidse Babett Knudsen• A finales de los años 50 un grupo de jóvenes cineastas fueron acuñados como Nouvelle vague, una nueva ola que, entre otras funciones, pretendía acabar con lo que denominaban cine «qualité» francés. Como toda revolución cultural, y la Nouvelle vague lo fue, buena parte de sus integrantes acabaron más o menos haciendo cine «qualité» o por lo menos integrados en el sistema.
Pero la huella que dejaron los Truffaut, Rohmer, Malle, Varda, Godard o Chabrol ha sido muy profunda, por eso cuando uno se acerca a ver una película como «El juez» es imposible que no se acuerde de los preceptos por los que tanto lucharon los directores de la Nouvelle vague. Y qué quieren que les diga, sí hay algún momento de «vida» en esta insulsa y correcta película, un instante que suena a verdad, como el cine de aquellos revolucionarios del cine de hace seis décadas, pero durante su más de hora y media solo hay fotogramas de naftalina, aroma de aquel cine de «qualité» francés —y ojo, en el cual también se hicieron obras maestras— lleno de didactismo (sonrojan los tópicos en una secuencia en la que los miembros del jurado se van presentando) y buenismo sobre el sistema judicial francés.
Solo se sostiene este filme, para nada de autor, en las interpretaciones del siempre magnífico Luchini, de la estupenda Sidse Babett Knudsen y la canción «Dreamers» de Claire Denamu. Por lo demás, una bonita clase de lo bien que funciona la Justicia francesa para envidia y asombro del resto de los países.
• Cines Abella