En Seceda, donde hubo diversos destrozos hace un año, los panales están protegidos de nuevo con pastores eléctricos
13 jul 2015 . Actualizado a las 08:25 h.A comienzos de agosto del año pasado, la localidad de Seceda do Courel se convirtió en el primer lugar de provincia lucense en el que se consiguieron captar imágenes de vídeo de un oso pardo atacando una colmena. La grabación se realizó en la finca de uno de los apicultores de la zona que en esas fechas sufrieron diversos destrozos. En la actualidad, los colmenares del pueblo están protegidos con pastores eléctricos cedidos por la Consellería de Medio Rural. Pero a pesar de esta defensa, al menos uno de ellos ya ha vuelto a tener alguna visita este verano.
Los propietarios del colmenar afectado -que por ahora prefieren no identificarse ni dar muchas precisiones sobre los daños- señalan que todavía no han podido explicarse el hecho. «É posible que o pastor eléctrico que se colocou nese colmear non estea funcionando ben, porque a día de hoxe, que nós saibamos, este é o único caso que se deu na zona de Seceda no que vai de verán», señalan. En todo caso -agregan los dueños de la finca-, parece evidente que los osos están rondando de nuevo por la sierra desde hace tiempo. «Aparte do caso do noso colmear, hai indicios e rumores de que pasaron por outros sitios e incluso parece ser que houbo un avistamento na zona de Eiriz», apuntan por otro lado.
Tras los sucesos del verano pasado, la Xunta cedió a los apicultores de la localidad una serie de pastores eléctricos y los destrozos no volvieron a repetirse. Los aparatos fueron retirados el pasado marzo. Hace algunas semanas, la consellería les proporcionó de nuevo estas defensas, dado que las incursiones de osos en la sierre suelen ser más frecuentes en la temporada estival.
En el vídeo filmado el pasado verano en Seceda aparece un ejemplar juvenil que según el biólogo Pedro Alonso -quien colaboró en la grabación con los apicultores- podría tener en ese momento una estatura aproximada de 1,20 metros y un peso de entre sesenta y setenta kilos. A este respecto, los expertos consideran que la presencia esporádica de osos jóvenes en las sierras occidentales gallegas puede considerarse como un fenómeno normal en la actualidad, dado el incremento que experimentaron en los últimos años las poblaciones de esta especie en Asturias y León. Los recorridos exploratorios -que a menudo cubren distancias muy grandes- forman parte del comportamiento habitual de los machos subadultos, por lo que no es raro que se adentren en el territorio gallego. Es probable, por lo tanto, que las incursiones de este verano sean también de ejemplares jóvenes.
Cobro de indemnizaciones
Por otro lado, algunos de los apicultores de Seceda que sufrieron destrozos de colmenas el año pasado han ido cobrando de forma paulatina las indemnizaciones previstas por la ley en estos casos, aunque los pagos todavía no se han completado. Hasta el pasado marzo, la Consellería de Medio Rural no les confirmó oficialmente que percibirían estas compensaciones económicas. Desde entonces, según indica uno de los afectados, «algúns xa recibiron a totalidade das indemnizacións, pero noutros casos houbo que pasar por moito papeleo por cuestións técnicas, porque ao principio non coincidían as coordenadas da situación das colmeas que tomaron os técnicos da Xunta e os veterinarios, e houbo que facer revisións que retrasaron moito os cobros».
La oferta para grabar imágenes continúa sin tener respuesta
Las imágenes tomadas en Seceda el verano pasado apenas tenían precedentes en Galicia. El único caso que se registró con anterioridad fue el de un vídeo de 58 segundos grabado en el 2006 en la localidad ourensana de Robledo da Lastra por técnicos de la Fundación Oso Pardo. En las imágenes se ve cómo un animal intenta entrar en un colmenar y desiste después de tocar el cable de un pastor eléctrico.
Los apicultores de Seceda ya plantearon el pasado año la posibilidad de dejar un colmenar abierto de forma permanente realizar fotografías o grabaciones de vídeo con el sistema del fototrampeo. Su intención, según explicaron, era ayudar a recoger material para el estudio científico de la especie. Pero según indica uno de los propietarios, «ata agora nin a Xunta nin a Fundación Oso Pardo nin ninguén máis se interesou por esta posibilidade».