También destinó dinero público a pagarse el capricho de un todo terreno americano
09 nov 2014 . Actualizado a las 05:09 h.El crédito que el Banco Europeo de Inversiones concedió a Jorge Dorribo a través del IGAPE, presuntamente con facturas falsas, fue a parar a todo menos a financiar la puesta en marcha de nuevas líneas industriales. La fiscala que siguió la operación Campeón, María Vázquez Gómez, estima que una parte de estos fondos públicos fueron destinados por el empresario lucense al pago de sus caprichos de joyería.
Explica la representante del Ministerio Público en el escrito de acusación que el 25 de marzo de 2011 llegaron a la cuenta de Nupel, en Caja Madrid, 1.500.000 euros. El 13 de mayo del mismo año llegó la segunda remesa del crédito, 1.427.349 euros. «Estas cantidades -recuerda la fiscala- no fueron destinadas a la adquisición de los bienes y servicios para los que se solicitó el préstamo y que los acusados Jorge Dorribo y Arsenio Méndez emplearon fuera del objeto del mismo, consiguiendo así cantidades de dinero en condiciones notablemente ventajosas».
Con el dinero en su poder, lo primero que hicieron fue transferirlo a diversas cuentas abiertas en distintas entidades bancarias. Desde estas comenzó el festival de transferencias a diversas empresas, todas ellas vinculadas a los acusados. Pero incluso hubo desvíos a una joyería lucense en la que Dorribo, o alguien de su entorno, dejó a deber 31.800 euros por compras varias.
Pero es que además, según la fiscala, dinero público fue a pagar otro capricho del empresario, en concreto un todo terreno americano. Sacó 24.237 euros para cancelar el leasing de este vehículo.
Las aventuras automovilísticas y patrocinios del Cobián Racing Team (el equipo vinculado al exdiputado del PP, Pablo Cobián) también salieron de esas dos partidas pedidas para hacer medicamentos unidosis. En marzo de 2011 partieron de una cuenta 83.800 euros para los karts.
Hubo también fuga de dinero para la empresa andorrana Salut De Innovació en la que estaba como testaferro la hija de Dorribo. El 13 de mayo de 2011 se produjeron dos traspasos de dinero desde cuentas de Lugo a las de la sociedad andorrana. Primero fueron 552.000 euros y después 101.100. Dos días más tarde salieron otros 100.000 más. Estos últimos pasaron primero por la cuenta de una directivo de la empresa y después aterrizaron en la cuenta personal de la esposa de Dorribo. Pero no acabaron finalmente en esta cartilla sino que casi un mes después llegaron a la de Salut de Innovació.
Recuerda también la fiscala que 7.230 euros fueron para liquidar las compras que Dorribo hizo con una Visa. Todos esos dispendios no serían posibles sin «la intervención decisiva del director del IGAPE, Joaquín Varela; de la directora del área de financiación, Cristina Quintela y de Pablo Cobián». Todos, según el ministerio público, están detrás de la «obtención fraudulenta del préstamo». Destaca que Dorribo creó la apariencia de que toda la maquinaria que ofrecía en garantía estaba totalmente pagada cuando no existía.
Pero todo esto tiene como antecedente la descapitalización de Nupel, según cuenta la fiscala. En 2010, Dorribo y Arsenio Méndez supuestamente comenzaron a sacar dinero mientras la empresa facturaba cada vez menos y justificaba pérdidas por más de 200.000 euros. Nupel perdía; sus gestores, sacaban.
«En la cuenta social denominada «deuda Jorge», recogida en la contabilidad oficiosa, se reflejan disposiciones de dinero de la mercantil en favor de Dorribo por un importe de 1.416.994 euros y en otra cuenta denominada «crédito Jorge Dorribo», recogida también en la contabilidad oficiosa se hace constar la concesión a favor de Dorribo de un préstamo a corto plazo carente de justificación alguna por 19.142 euros», apunta la fiscala en su acusación.
No solo hay «sablazos» en la cuenta de Dorribo. Algo similar pasa en las de Arsenio Méndez. En este caso las disposiciones fueron de 1.630. 618 euros.