Samos revivió su esplendor por un día

Xosé Ramón Penoucos Blanco
x. r. penoucos SARRIA / LA VOZ

LUGO

La celebración reunió a centenares de personas y más de cincuenta artesanos

18 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Samos contaba desde principios del siglo XX y casi hasta mediados con un censo de población que llegó a alcanzar los 10.000 habitantes. Fueron tiempos de bonanza en los que todas las casas de las numerosas parroquias estaban habitadas, normalmente por familias numerosas. Actualmente el número de residentes en todo el término municipal ronda los mil quinientos y una gran parte de los núcleos tienen pocos habitantes o están abandonados.

Uno de los ejemplos más claros del descenso poblacional se produce en la parroquia de a Ponte de Lóuzara, lugar en el que todavía los ancianos recuerdan que existieron hasta siete tabernas, todas ellas con una nutrida clientela, así como otros negocios entre los que destacaba un carpintero cuya principal ocupación era la fabricación de ataúdes.

En la actualidad no está abierta ninguna de aquellas tabernas y solo una casa está habitada habitualmente durante la semana. El pueblo solo tiene un mínimo de vida los fines de semana o en vacaciones cuando algunos descendientes de los antiguos residentes están de visita.

En ese lugar, que llegó a ser el principal centro económico de Samos, se celebraba los días 17 de cada mes una feria a la que asistían miles de personas y que era cita obligada para los comerciantes de toda la comarca. El certamen también hace años que ya no se celebra.

Pujanza de antaño

Hace siete años los responsables del gobierno municipal que preside Julio Gallego y con el concejal José Antonio García como principal impulsor decidieron que sería una buena idea organizar cada 17 de agosto una feria de artesanía, ganado y todo tipo de productos para recuperar por lo menos una vez al año la pujanza de antaño.

El certamen tuvo un notable éxito, en parte también ayudado por las excelentes condiciones de la carballeira en la que se celebra y la prueba era la confesión que ayer realizaba algún artesano con una nutrida experiencia en este tipo de certámenes a sus espaldas. «En nuestro gremio puede que, junto a Pardiñas, sea la cita que cuenta con una mejor organización y en la que nos sentimos más a gusto», afirmación que adquiere una mayor relevancia si se tiene en cuenta que en Lugo casi en cada rincón hay una feria de similares características.

Otro dato que corrobora el poder de concentración de este evento es que cada año es mayor el número de expositores de todo tipo, superando ampliamente el medio centenar en su última edición.

Samos, gracias a Lóuzara, recuperó por lo menos durante un día su pujanza de antaño. La única pena es que habrá que esperar un año para que la zona vuelva a llenarse de vida.

Feira de artesanía de a ponte de lóuzara