Además de por el testimonio de los testigos sobre la velocidad que llevaba el vehículo antes de la rotonda, la declaración del acusado choca con los datos del tacógrafo, que el conductor insiste en que no están bien, y por el informe de la Guardia Civil, en el que se recoge que en la rotonda había 41,20 metros de huellas de frenada en el margen derecho, lo que para el Ministerio Fiscal es incompatible con ir a 40 por hora. El propio acusado aseguró que si el freno estuviese bien, a esa velocidad «serían tres o cuatro metros».
Dudas sobre el tacógrafo
En cuanto a los datos del tacógrafo, que marcaba 108,5 kilómetros por hora, el acusado sostiene que no funcionaba correctamente, aunque el tramo desde Lugo a Santiago para recoger a las chicas marcó bien la velocidad, «pero puede ser que quedase rodando una rueda», indicó.
La defensa llevó a un técnico que formó parte de los informes presentados por la Guardia Civil y que constató que el tacógrafo estaba roto tras el accidente, pero valoró también que hasta ese momento es de suponer que marcaba correctamente.