18 mar 2010 . Actualizado a las 02:00 h.
Tras 36 horas de debate del estado de la autonomía, las tres formaciones políticas gallegas solo fueron capaces de lograr un gran acuerdo: un plan de revitalización económica. Es un asunto demasiado grave como para que alguien se oponga, y además está formulado en términos tan vagos -diálogo social, apoyo a la economía, al empleo- que tampoco había sitio para el rechazo. Pero en las cuestiones candentes, las que provocan diferencias, las que hacen necesario mover ficha, es decir, en temas como la fusión de las cajas de ahorros o el gallego, los tres partidos carecieron de la valentía política necesaria y salieron tan alejados como entraron. Otra oportunidad perdida para redimirse ante los gallegos.