Las butacas de cine crían telarañas

LUGO

Los cinéfilos añoran el cierre de las salas Kursal, Victoria, Castelao, Dumas, Paz o Ronda, hoy convertidos en nuevos edificios o abandonados a su suerte

29 nov 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ya saben el dicho de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Si se aplica a la exhibición de cine en la ciudad seguro que muchos cinéfilos estarán de acuerdo, aunque para valorar los diferentes tiempos hay que tener en cuenta la añoranza, las vivencias personales y, porque no decirlo, una sensación de que las películas de antes eran mejores.

Sin remontarnos al mito del Gran Teatro -desaparecido como sala de cine en marzo de 1993 y hoy ocupado el solar por un edificio «antisísmico»- Lugo disponía en 1997 de 16 pantallas en siete locales, una pantalla más de las que se reparten hoy los Centro y As Termas. 1998 fue dramático para los recuerdos de muchos lucenses con el cierre en cadena del Kursal, Victoria, Ronda y Paz. Se decía que la modernidad, la llegada de los Cristal a Montero Ríos, acababa con las viejas salas, pero el tiempo demostró que la crisis de espectadores no tenía que ver, por lo menos en su totalidad con la calidad de las salas. Los Cristal, con buenas instalaciones, sucumbían en el 2007, al igual que las ocho salas de los Yelmo. Durante cinco meses Lugo se quedó sin cine en el casco urbano. Ese hueco lo ocupó en febrero del 2008 Multicines Centro, en el local de los Yelmo, con una sala menos.

Las nuevas ofertas de ocio son la principal amenaza del negocio del cine. La parte de arte hace tiempo que desapareció casi por completo en Lugo, y más desde que cerraron los Dumas en el 2005, únicos cines que proyectaban películas europeas y premiadas en festivales. Ahora solo existen los ciclos del Valle Inclán, la semana de Fonmiñá y los clásicos que programa Caixa Galicia.

El cine comercial tiene que sobrevivir al deuvedé, las descargas de Internet, los juegos informáticos y otras actividades de ocio, como el deporte televisado. Solo así se entiende que el último film del afamado Tatantino, Malditos bastardos , llegase a tener solo dos seguidores en una sesión del Día del Espectador en unos cines de Lugo.