«Tengo que decir con toda sinceridad que aquí hay un error material o matemático más que de criterio», declaró el concejal de Urbanismo, Francisco Fernández Liñares, antes de explicar otra de las sorpresas con las que se encontraron ayer técnicos y políticos mientras revisaban algunas de las ordenanzas que conforman la nueva normativa urbanísitica.
Según denunció la oposición y admitió el equipo de gobierno, la edificación abierta va a ser «imposible» en muchas parcelas por una cuestión de números. Por ejemplo, una parcela de 1.000 metros cuadrados sujeta a esta normativa tiene un máximo de edificabilidad de 2 metros cuadrados por metro cuadrado. A esto hay que añadir que la superficie que hay que restar por retranqueos tanto en la parte frontal (hay que dejar ocho metros) como en las laterales (ocho metros y medio). De esta manera, haciendo cuentas, el resultado es que en el espacio restante no cabe la edificabilidad permitida. Como explicó el concejal popular Jaime Castiñeira más gráficamente, se harían «chorizos» más que edificios, por lo estrecho de la potencial edificación.
Tanto el PP como el BNG volvieron a lamentar que no se están cumpliendo los acuerdos que establecieron los grupos políticos. Según Castiñeira, «sólo se están respetando el 20% de las propuestas que se presentaron para mejorar» el nuevo plan de urbanismo.
Este tipo de edificabilidad es la que afecta a zonas nuevas como Abella, según explicó Liñares.
Otro problema parecido se plantea con las distancias entre edificios. Según declaró Jaime Castiñeira, las redactoras han previsto distancias de hasta 40 metros en una misma finca, lo cual, a su juicio, es «un disparate».
Tanto el concejal popular como la nacionalista Paz Abraira repitieron que «hay que empezar a pedir responsabilidades».
Fingoi
En el barrio de Fingoi, concretamente en las casas que están detrás de la discoteca Valentino, se plantea otro problema con la unificación de fachadas. El concejal Francisco Fernández Liñares explicó que allí el equipo redactor plantea que, si el frente tiene menos de 25 metros, hay que unificar la fachada. Si es más de esta medida, hay que disponer de más de la mitad del frente. Para Liñares, esto es «meterse demasiado en la vida de la gente».