Con autorización del ministro de Asuntos Exteriores, el lucense Pablo Bravo Lozano, que fue embajador especial para el año de España en China (2007), presentó ayer en Lugo la publicación que recoge, a modo de memoria, las actividades llevadas a cabo. El alcalde, José López Orozco, adelantó que hoy se reúne el Consello Local Económico e Social para promover la participación de los agentes sociales en el viaje previsto, en el marco del hermanamiento de las murallas lucense y china, para la segunda quincena de julio.
El presidente de la corporación municipal agradeció a Bravo Lozano que no haya olvidado sus orígenes y diese a Lugo la oportunidad de sumarse, con el hermanamiento de las murallas, al año de España en China.
Por su parte, Bravo Lozano mostró algunos ejemplares de la memoria del trabajo realizado. Recordó sus orígenes lucenses y apuntó la importancia de establecer lazos de amistad y confianza para tejer compromisos comerciales. «Yo quiero que Galicia y España también sean referentes» para China en Europa, de modo similar a como -apuntó- lo han hecho los finlandeses.
Con respecto al viaje de una embajada lucense previsto para la segunda quincena de julio, espera que se impliquen gentes del mundo de los negocios.
En cuanto a la dura situación por la que atraviesa el Tíbet, señaló que desea que se encuentre una salida basada en el diálogo.
Pablo Bravo opinó que después del año de España en China, en este país se duplicó el nivel de conocimiento de España especialmente entre las clases medias.