Las 39 comunidades religiosas realizan trabajos muy variados

Benigno Lázare LUGO

PANTÓN

Docencia, asistencia a colectivos y sanitaria, principales ocupaciones Casi todas mantienen viva la recomendación de San Agustín, «ora et labora»

10 feb 2007 . Actualizado a las 06:00 h.

Los benedictinos son una de las comunidades actuales que más tiempo llevan en la diócesis de lugo, pero no es la única que aplicó el lema de San Agustín, ora et labora . La práctica totalidad de las 39 instituciones de carácter religioso implantadas en el territorio del obispado lucense se dedican a alguna actividad a mayores, además de las estrictas funciones de orar. Según la recopilación realizada por julio Quindós, vicario del obispado para la Vida Consagrada, ocho de estas comunidades son masculinas y las restantes femeninas. Totalizan una población de alrededor de 350 religiosos, aunque el número no es exacto debido al flujo constante de llegadas y salidas de los conventos y demás entidades. La diócesis tiene representación en las más habituales áreas de actuación y actividades de las órdenes religiosas, que fueron evolucionando con los años. Hay una serie de conventos de tradición secular, como el propio de Samos y otros en la capital de la provincia y en las poblaciones más grandes. Desde mediados del XX también llegaron varias, las últimas apenas llevan 20 o 25 años y una incluso se constituyó hace dos décadas. Además de la oración y las funciones de pastoral que ejercen directamente en sus conventos o en las parroquias de su zona, incluso las de clausura no dedican toda la jornada a la vida contemplativa. Son famosos los dulces y otros productos que elaboran artesanalmente las clarisas de Monforte y en Lugo. También era muy conocido el licor Pax, que hacían los frailes de Samos. En este campo, la variedad de oficios que practicaron y siguen practicando es grande, conservando en algún caso casi en exclusiva alguna actividad, o destacando por la calidad de sus trabajos, como la encuadernación y restauración de libros o los bordados. Sin embargo, la actividad mayoritaria y a mayor escala es la educación, área a la que varias órdenes se pasaron abandonando la atención sanitaria, que a finales del XIX era una de las principales ocupaciones. La generalización de los hospitales públicos redujo el campo de actuación, aunque todavía hay comunidades de monjas vinculadas a centros como el Xeral Calde. La otra gran área de actividad, además de la estrictamente religiosa, es la social. Numerosos conventos y comunidades prestan atención a niños, mujeres y a ancianos sin recursos o con problemas, pero también regentan modernas y grandes residencias y tienen servicios de atención domiciliaria. Correo electrónico Todas las comunidades que regentan colegios de enseñanza obligatoria tienen página web o correo electrónico, pero incluso de las Agustinas Recoletas, que llevan en la plaza de Santo Domingo desde 1662, se puede obtener información a través de Internet. Una muestra de adaptación es también la comunidad de Samos, que lleva décadas explotando una estación de servicio junto al monasterio, a la vez que actualizó una próspera hospedería. Igualmente, las monjas del monasterio de Pantón, que data de 1175, tienen una hospedería para mujeres, aunque en este caso no es popular como la de los monjes de Samos. En Monforte dos de las comunidades tienen a su cargo importantes centros artísticos. Las clarisas atienden a la vez el Museo de Arte Sacro, considerado el segundo o tercero mejor de España en esta modalidad, y los Escolapios también abren una pinacoteca que entre otras muchas obras incluye dos cuadros de El Greco y cinco de Andrea del Sarto.