LA TRIBUNA ROSARIO DÍAZ VÁZQUEZ | O |
19 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.LA VIOLACIÓN se contempla en los supuestos de abuso de la fuerza o intimidación -caso de Monforte del año 2000- y también dentro del matrimonio. Es violación también, evidentemente, si la mujer es prostituta. En estos dos supuestos en los agresores suele estar latente, o confirmada ya, una enfermedad psíquica, a lo que hay que añadir los rstos de la educación machista y dictatorial. Pero hay un tercer caso en el que se infringen las leyes, las del Código Penal y las de la ética. Y se infringen desde la sombra, la cobardía, la presunta impunidad, ya que la víctima no está en condiciones de denunciar en ese momento, y puede que nunca. Este tercer caso se da en algunos ciudadanos que pasan por intachables ante la sociedad, que abusan de mujeres privadas de razón o de sentido, o de menores. Estas «faltas» ya se empiezan a tomar en serio desde la política, pero las condenas siguen siendo irrisorias. Si los poderes legislativo y judicial no responden de una forma más severa, que no extrañen luego de que haya quien reclame, simplemente, el recurso al tijeretazo.