«El nuevo sistema es una arma útil»

Carlos Cortés
Carlos Cortés MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

Antonio Fernández, en un acto informativo sobre el Hermes
Antonio Fernández, en un acto informativo sobre el Hermes OSCAR CELA

El coordinador del Hermes en Monforte espera que este procedimiento aporte transparencia y más igualdad

29 dic 2020 . Actualizado a las 16:09 h.

Médico especialista en cuidados intensivos, el chantadino Antonio Fernández está convencido de que el sistema que regula el acceso de pacientes a la atención hospitalaria tiene mucho margen de mejora. Y está empeñado en hacer que mejore a través del Hermes, un sistema para hacer más eficiente y homogéneo el flujo a los hospitales cuando hay sospecha de enfermedad grave. Desde su puesto de gestor de procesos del hospital público de Lugo (HULA), fue uno de los profesionales que trabajaron en la implantación del Hermes allí. Antonio Fernández coordina ahora su puesta en marcha en el área de influencia del hospital de Monforte.

-¿Cómo van a notar los pacientes la implantación del Hermes?

-Las enfermedades potencialmente graves se pueden manifestar de tres formas: con la dolencia ya avanzada, con síntomas sutiles que no permiten diferenciar si se trata de algo banal o serio, o con síntomas que sí hacen sospechar. Es con este último tipo de síntomas con los que se se puede utilizar la vía rápida. Y por otro lado, también asegura que ciertas dolencias benignas, pero que producen sufrimiento y un problema funcional grave, no tengan que esperar dos o tres meses para llegar a una consulta del hospital. En tercer lugar, también lo notarán los pacientes en situaciones muy especiales o difíciles de definir, en las que el médico piense que esperar cuatro o cinco meses puede ser perjudicial. Esto en lo que se refiere a la vía rápida, porque el Hermes también regula el uso de la consulta no presencial entre atención primaria y el hospital.

-Es usted intensivista y trabajó en una uci, pero también tiene experiencia laboral en la inspección médica y fue durante seis años subdirector del HULA. ¿Esta experiencia múltiple ayuda a implantar un sistema así?

-Ayuda a ver la situación desde diferentes ángulos. Y al final, te das cuenta de que tenemos unos vicios sociopolíticos desde hace muchos años que nos hacen mucho daño. Y creo que son vicios independientes del color político del Gobierno que esté o del territorio en el que uno viva. Ocurre en toda España y no sé si en todos los sistemas de salud similares al español, pero me temo que sí.

-¿Cuáles son esos vicios?

-Mi opinión es que el actual sistema de difusión de datos sobre listas de espera induce a engaño. Esas cifras describen el tiempo que llevan en la lista los que están esperando en un momento dado. Si un paciente lleva 90 días y otro pidió cita el día anterior, la espera media que sale es de 45 días. Son números muy buenos para comparar el hospital de ahora con el del año pasado, dos hospitales, o dos territorios entre sí, pero no cuentan la verdad al paciente, que creo que no los entiende. Un profesor me dijo un día que a veces con la verdad consigues aparentar transparencia y crear confusión. Estos números son ciertos, pero como no se explican bien pueden no parecerlo. Así que es frecuente que un paciente en espera ve esas cifras y le da la risa. Deberíamos explicarlo de otra manera. Cuando alguien pide una cita hay que decirle con cuánto plazo se suelen dar en ese momento en esa especialidad.

-¿Cómo puede ayudar el Hermes en eso?

-Tiene que ayudar a ganar en equidad. Tenemos que acabar con los pacientes VIP. Yo reconozco que he pedido a compañeros que viesen a familiares míos antes de tiempo. Pero analizándolo con tiempo y perspectiva, veo que es un vicio social a corregir. No hace falta caer en planteamientos cuadriculados, porque puede haber ligeras variaciones por razones personales en el tratamiento de pacientes y que no sean significativas. Pero no se puede ver a un paciente dos o tres meses antes que a otro porque sea familiar de alguien. Podemos pensar que este tipo de cosas no perjudican a otros, pero sí lo hacen. Si a mí me ven antes y me tienen que operar, también voy a entrar antes en la lista de espera. No se trata de buscar buenos o malos, pero hay que corregirlo. Y sería bueno que la proyección de cambios que debe provocar el Hermes fuese pública, que expongamos objetivos y que después la sociedad pueda saber si se consiguieron o no.

-El Hermes lleva cuatro años en Lugo ¿Funciona bien?

-Creo que bastante bien. Hay disfunciones, pero son menores. Yo diría que a día de hoy la mayoría de los médicos lo tienen como una arma útil y beneficiosa.

-Aquí está operativo desde hace algo menos de un mes ¿Cómo han recibido la idea los médicos del distrito sanitario de Monforte?

-Hubo un poco de todo. Hay gente que desconfía de que esto no vaya a ser un episodio más de humo, como los que algunos pueden entender que a veces se organizan desde la Administración. En todo caso, en las reuniones previas los médicos me comentaron problemas específicos de Monforte que pueden provocar dificultades en el Hermes. Muchos creen que hay déficit de personal en alguna especialidad médica que provoca retrasos en algunas revisiones de pacientes y en determinadas pruebas complementarias. Esas reuniones fueron muy útiles, porque es fundamental contar con la opinión de los médicos que trabajan sobre el terreno. Por ejemplo, sirvieron para corregir un error mío que figuraba en los protocolos que regulan el uso del Hermes. En oftalmología, yo contemplaba en esos protocolos la posibilidad de que el médico de atención primaria pudiese enviar a un paciente a una óptica a que le hiciesen un estudio básico con el que valorar si era preciso que lo viese el oftalmólogo del hospital. Pues bien, los médicos me adviertieron que el convenio entre el Sergas y las ópticas que facilitaba esa posibilidad dejó de estar en vigor en octubre. Yo no lo sabía.