«¡Dais más guerra que un restaurante!»

CHRISTIAN RODRÍGUEZ / C. C. MONFORTE / LA VOZ

LEMOS

La actividad de gastronomía para niños que dirigió el cocinero monfortino Martín Mantilla se celebró en el torreón de la cárcel vieja
La actividad de gastronomía para niños que dirigió el cocinero monfortino Martín Mantilla se celebró en el torreón de la cárcel vieja CARLOS CORTÉS

El taller de cocina para niños «Tapalandia» se impartió ayer en el torreón de la antigua cárcel de Monforte

31 jul 2019 . Actualizado a las 14:47 h.

Agua, harina, levadura y sal son los ingredientes para cocinar una mañana deliciosa y sobre todo divertida. El torreón de la cárcel vieja acogió ayer «Tapalandia», una actividad de ocio y gastronomía dirigida a niños de cinco a doce años. El cocinero Martín Mantilla fue el encargado de instruir a los pequeños chefs en este taller organizado en la sede de la delegación en Monforte de la asociación provincial de empresarios de hostelería.

Los veinte protagonistas de este taller lucen gorros y mandiles personalizados, y en medio del trajín que caracteriza a una cocina al mediodía, aún les sobra tiempo para enredar y jugar con los rodillos. «¡Dais más guerra que un servicio de restaurante!», exclama Mantilla entre risas.

Los niños tuvieron que arreglárselas con la harina
Los niños tuvieron que arreglárselas con la harina CARLOS CORTÉS

Tocó menú italiano: pizza, tallarines, y de postre, sorbete de fresa. En el momento de hacer la masa, el aula del taller se vuelve un torbellino. Algunos exclaman que «es un asco» cuando se queda pegada en los dedos e incluso los más virtuosos confirman que «hacer la masa es lo más difícil». Mientras pelean con la tarea, se escuchan consejos entre compañeros: «luego hay que echarle un poco de aceite para que no se pegue».

«Mi especialidad son los postres». Lo dice Álvaro Sáez, un pequeño de siete años que apunta maneras para repostero. El chaval demuestra ser todo un experto en lo que a la elaboración de pizza y todo lo que se le ponga por delante se refiere. «En casa he hecho pastel de Nutella -cuenta Álvaro- y el otro día en el campamento hicimos galletas».

Álvaro Castro, de diez años, confiesa que quiere presentarse a MasterChef, pero sus padres no le dejan. Este aspirante, que remarca que a él no le gusta la cocina, sino que le encanta, aprendió de sus familiares casi todo lo que sabe, al igual que muchos de sus compañeros. Álvaro es un alumno sobresaliente, permanece atento a las explicaciones y correciones del tutor y se pirra por usar la batidora o la máquina de hacer pasta.

Los dejamos preparando el relleno de la pizza, de la que seguro disfrutan degustándola tanto como han hecho haciéndola.

Manuel Mantilla, con los participantes en el taller gastronómico organizado en Monforte por la asociación de hosteleros
Manuel Mantilla, con los participantes en el taller gastronómico organizado en Monforte por la asociación de hosteleros CARLOS CORTÉS

Martín Mantilla: «Hay que darle una vuelta a la cocina de toda la vida»

Martín Mantilla (40) es un prestigioso cocinero de la zona. Se formó en la escuela de hostelería de Rosende y trabajó en el restaurante O Grelo. Recientemente ha participado en el vivero de empresas de Monforte para darle forma a su nuevo negocio. Este chef apuesta por darle un giro a la cocina tradicional aprovechando las nuevas técnicas culinarias.

-¿Cómo surgió la idea del taller?

-Los talleres de cocina para niños hoy día son más una norma que una excepción. Beatriz Vila, de la asociación de hosteleros, me propuso hacer este y no pude decir que no.

-¿Es difícil trabajar con los niños?

-Es gratificante. Los niños demandan mucha atención, por lo que únicamente debes estar más pendiente que si enseñaras a un adulto.

-¿Se nota el bum de los programas de cocina?

-A todos los niños del curso les gusta cocinar. La cocina está de moda y eso se refleja en la gran demanda del taller, pues muchos niños han tenido que quedar fuera.

-¿En qué estado se encuentra Berso, su nuevo proyecto empresarial?

-Se están tramitando las licencias de obra para hacer una pequeña reforma en la casa que acogerá el restaurante en Sober. Calculo que en dos meses y medio estará terminada.

-¿Qué línea de cocina va a seguir el restaurante?

-Queremos tomar las bases de la cocina tradicional y modernizarla aplicando técnicas de vanguardia. Los productos de cercanía y el valor de sostenibilidad son los dos puntos fundamentales del proyecto. Nuestros suministros vendrán de un huerto ecológico que plantaremos en nuestra parcela y de lo que nos provean los agricultores locales.