Colegas en el 2000 y hoy maestros

Gadea G.Ubierna LUGO/LA VOZ.

LEMOS

Tarragona, el Valle de Boí, Elche y Atapuerca fueron los compañeros de viaje de Lugo en la declaración y ahora también son ejemplo de cómo sacarle provecho

21 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Cuánto cuesta visitar la Muralla de Lugo? La respuesta a esta pregunta es obvia para todos los lucenses, pero para alguien de fuera será un enigma hasta que no coja el teléfono y marque el número de la oficina de turismo. Hoy en día, la gente está acostumbrada a pagar por ver monumentos y, de entrada, se presupone que subir a la Muralla cuesta dinero. Pero ninguno de los apartados que la web oficial (lugoturismo.com) dedica a la construcción romana explicitan que el recorrido es gratuito y que hay que hacerlo en solitario, porque todavía no existe un servicio oficial de visitas guiadas.

Estas son algunas de las cuestiones básicas de una página turística para promocionar el principal monumento de una ciudad, y máxime cuando este es patrimonio de la humanidad desde hace diez años. Así lo han hecho los responsables de divulgar el conjunto arqueológico de Tarragona, las iglesias románicas del Vall del Boí (Cataluña) o el yacimiento de Atapuerca (Burgos), tres de los sitios incluidos en la lista de la Unesco a la vez que la Muralla de Lugo y el Palmeral de Elche.

Si se hace una comparación de las iniciativas o de los avances turísticos conseguidos en esta década en Lugo y en el resto de capitales españolas que celebraron la decisión de la Unesco en la madrugada del 30 de noviembre del 2000, se comprueba que, a simple vista, la capital lucense no ha aprovechado el tiempo tanto como el resto.

Para empezar, la actividad de estos cuatro bienes culturales está organizada en torno a una fundación o un patronato que centraliza todo. Algunos, como la Fundación Atapuerca, se formaron como paso previo a la declaración y otros, como el Centro Románico del Vall de Boí, han sido iniciativas posteriores.

A partir de ahí, se fueron profesionalizando actividades básicas en la promoción de un recurso turístico como son las visitas guiadas. En Atapuerca, empezaron como iniciativa más o menos particular y, a partir de la declaración, la Junta de Castilla y León saca a concurso las visitas, a las que optan distintas empresas. El turista encuentra toda la información que necesita desde su casa, a través de la página web de la fundación o en la del Museo de la Evolución Humana, que facilita el viaje desde el centro de Burgos a la Sierra de Atapuerca.

Uso del márketing

Lo mismo ocurre con el Centro Románico del Vall del Boí, que tiene programas específicos para verano o invierno; y con un golpe de vista el turista sabe que para ver San Clemente de Taüll tiene que pagar 1,50 euros, que Santa María de Taüll es gratuita y que ver las nueve iglesias cuesta 6 euros.

Tarragona, que tiene un patronato de turismo, también tiene toda clase de informaciones y datos útiles para el visitante en la página web. Otra cosa que llama la atención es que el logo que identifica a los monumentos que son patrimonio mundial tiene una presencia destacada, por lo que llama la atención de inmediato.

Este recurso también se utiliza en las páginas principales del Vall de Boí, Atapuerca y el Palmeral, pero no en la de Lugo. En el sitio web lugoturismo.com hay que buscar el apartado dedicado a la Muralla y, una vez que se ha dado con él, la referencia a la Unesco y a la declaración no es visual, hay que leer. De hecho, el logo identificador que ocupa un sitio primordial en el resto de páginas turísticas, en la de Lugo ni siquiera aparece.