La nueva depuradora funcionará a fin de año y la actual podría ser demolida

Enrique Gómez Souto
Enrique G. Souto LUGO/LA VOZ.

LEMOS

19 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A finales de año o en los primeros días de enero empezará a funcionar la nueva estación depuradora de aguas residuales de Lugo, en San Xoán de Pena. Hasta el momento, ni el Ayuntamiento de Lugo ni la Confederación Hidrográfica saben qué harán con las instalaciones de la planta actualmente en servicio, si bien en el ámbito municipal se apunta a su demolición. La ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, visitó por la mañana la nueva estación depuradora, cuyas obras están ya prácticamente finalizadas, y por la tarde inspeccionó la construcción de la sede del Centro Tecnológico Agroalimentario de Lugo (Cetal), en San Fiz.

La ministra de Medio Ambiente, Elena Espinosa, señaló que la depuradora es una actuación que culmina otras llevadas a cabo por su departamento (colectores generales), por un importe total de 103 millones. Indicó que las competencias en estas materias corresponden a la Xunta, pero el Gobierno era consciente de que sin la ayuda estatal no se podría cumplir la directiva europea del agua en la fecha tope, 2015. Manifestó que «la obra se termina ya», porque solo «falta la decoración » y señaló que ahora está en período de pruebas. Personal responsable de la citada planta aseguró que estará en servicio a final de año o en los primeros días del 2011. Su entrada en funcionamiento (necesitará algún tiempo para estar a pleno rendimiento) implicará la desactivación de la actual estación depuradora.

El concejal de Medio Ambiente, Lino González, manifestó que ahora habrá que concertar con una empresa la gestión de esta planta. Probablemente se hará cargo de ella en principio la firma que gestiona la actual depuradora, pero será necesario revisar las condiciones; la empresa tiene contrato con el Concello hasta finales del 2011. El Ayuntamiento tendrá que convocar un concurso en breve plazo para adjudicar en su momento la gestión y explotación de las nuevas instalaciones.

Planes sin concretar

Con respecto a la actual EDAR (construida por la Xunta, por decisión del Gobierno que presidió Fernando González Laxe), González recordó que el Ayuntamiento se planteó en algún momento la posibilidad de dedicarla al tratamiento de purines. Pero la idea no prosperó. Indicó que lo más probable es que sea demolida por la Confederación Hidrográfica Miño-Sil. El presidente de este organismo, Francisco Fernández Liñares, prefirió tirar por la vía del medio y manifestó que la decisión aún no está tomada; quiere que el Concello exponga sus planes, si tiene. De no tener utilidad, sí es partidario de la demolición para evitar problemas.

Según indicaron otras fuentes, desde que la nueva EDAR entre en servicio serán necesarios unos seis meses para que esté a pleno rendimiento.

El alcalde, José López Orozco, destacó que las grandes obras de infraestructuras hidráulicas ejecutadas en Lugo tendrán gran importancia en el futuro de la ciudad. Se mostró convencido de que con agua potable de calidad y un saneamiento eficaz, seguridad, suelo industrial (aludió al polígono de As Gándaras), vivienda asequible, recursos humanos bien formados y cultura empresarial «invertir en esta ciudad merece la pena».

El socialista José López Orozco repitió ante la ministra el ofrecimiento que hizo recientemente a los alcaldes del entorno de Lugo: «Por este Ayuntamiento nunca habrá la menor dificultad para que mientras haya problemas de agua, la de Lugo puede servir también para otros municipios».