Ancianos sin vacaciones en Benidorm

LEMOS

Apenas el 6% de los mayores lucenses que viven durante todo el año en residencias de la tercera edad de la provincia veranean en su casa o con sus familiares

16 jul 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Ni en la playa, ni en la montaña, ni en el que en otro tiempo fue su hogar. La mayoría de los ancianos lucenses que viven en residencias de la tercera edad pasan el verano en los centros en que permanecen ingresados el resto del año. Los que veranean o se marchan unos días con sus familiares «son excepciones», como indicaron ayer varias fuentes del sector en la provincia de Lugo.

Valerse por si mismos es un factor decisivo a la hora de salir de la residencia: tanto en el día a día como en fechas señaladas o en época de vacaciones. «La gente que se va es gente que tiene movilidad, que está bastante bien dentro de lo que cabe. A la gente que tiene un gran deterioro cognitivo ya le da igual irse que no, ya no puede apreciar el cambio», precisaron desde la dirección de un centro. De esta manera, en las residencias lucenses, sean públicas o privadas, conviven personas con patologías «leves» con otras que padecen males como alzhéimer, párkinson o demencia senil, y que necesitan cuidados y asistencia continuos. En muchos casos, la enfermedad está en una fase muy avanzada.

Un ejemplo: en la residencia Carlos IV, situada en Outeiro de Rei, residen durante el año 140 personas. De ellas, solo 8 -apenas el 5,7% de los residentes- disfrutarán durante este verano de unos días de descanso fuera, en compañía de sus seres queridos. Los demás ancianos continuarán con la rutina. Si bien, durante las fechas estivales, «si el tiempo lo permite», el centro trata de organizar más actividades en el jardín para que los mayores aprovechen los beneficios que tiene para la salud estar al aire libre, como respirar aire puro o recibir buenas dosis de luz solar.

Con esa intención, hace unos días, una veintena de ancianos de la residencia acudieron a la comida multitudinaria y a la fiesta que se organizó en la carballeira de Santa Isabel para la tercera edad. Además, en la feria de artesanía de Outeiro de Rei instalaron un puesto en el que mostraron al público parte de los trabajos manuales que realizan, como comentó la directora, Belén Porto Fuentes.

«Xente que está delicada»

Otro tanto ocurre en la vivienda comunitaria Agarimo, en Lugo. De los 12 ancianos que viven en ella, «só un ou dous» serán recogidos por sus familiares para pasar unas jornadas de asueto en julio o agosto lejos del hogar asistido. Fuentes del establecimiento de la capital puntualizaron que la mayoría de las personas que se quedan ya no están en condiciones de salir.

El ajetreo de ir y venir, de trasladarse a otro lugar aunque sea para descansar, puede perjudicarlas más que beneficiarlas. «É xente que está delicada, que leva aquí todo o ano. A eses non lles convén saír, aféctalles máis. Se estiveran ben, sería distinto...», reflexionaron. Con todo, destacaron que los que no se marchan reciben visitas prácticamente a diario.

«Os que máis saen no verán ou nas datas sinaladas son os válidos. Ás veces, aos que non son válidos a familia tamén os quere sacar un días, pero na casa non ten medios nin os apoios técnicos necesarios para coidalos, e ao final non poden», señaló una de las trabajadoras de una residencia de la comarca de Lugo.