Dos militares y un intérprete estadounidenses muertos en un ataque en Siria

Alin Blanco MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

Desfile militar en Damasco, durante las celebraciones por el primer aniversario de la caída de Al Asad.
Desfile militar en Damasco, durante las celebraciones por el primer aniversario de la caída de Al Asad. AHMAD FALLAHA | EFE

La emboscada ha dejado a otros tres soldados heridos y fue perpetrada por un único atacante, probablemente del Estado Islámico, que fue abatido en el acto

13 dic 2025 . Actualizado a las 20:17 h.

 Dos militares y un intérprete estadounidenses han sido asesinados mientras participaban en una operación antiterrorista contra el Estado Islámico en Siria. Otros tres soldados han resultado heridos en el ataque sucedido en Palmira, en el centro del país. Los militares fueron sorprendidos por un único individuo que fue abatido en el acto.

«Que quede claro: si atacan a estadounidenses, en cualquier parte del mundo pasarán el resto de su breve y ansiosa vida sabiendo que Estados Unidos los perseguirá, los encontrará y los matará sin piedad», ha señalado en X el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth.

El portavoz del Pentágono, Sean Parell, ha añadido que «los nombres de los soldados, así como la información de identificación de sus unidades, se mantendrán en reserva hasta 24 horas después de la notificación a sus familiares. Este ataque se encuentra actualmente bajo investigación». El asalto ocurrió mientras los soldados realizaban un «combate con líderes clave», ha asegurado Parell. «Su misión era apoyar las operaciones antiterroristas y contra el ISIS [siglas con las que se conoce también el Estado Islámico] en la región».

Acercamiento diplomático

Según la cadena británica BBC, que cita a un funcionario anónimo del Pentágono, «el ataque tuvo lugar en una zona donde el presidente sirio no tiene control». El mismo trabajador ha asegurado que «las evaluaciones iniciales muestran que el ataque probablemente fue llevado a cabo por el grupo Estado Islámico». El Mando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses -que controla a las fuerzas desplegadas entre Egipto y Pakistán- confirmó que los militares perecieron en «una emboscada de un pistolero de Estado Islámico». Por el momento, ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque y no se ha revelado la identidad del asaltante.

Fuentes citadas por la televisión pública siria Siria TV apuntan a que el incidente se produjo dentro de la sede de la inteligencia siria en Palmira, la Sección 221, tras un encuentro en el que participaron responsables de los servicios secretos sirios y representantes estadounidenses. Otras fuentes aseguran que el responsable del ataque era miembro de las fuerzas de seguridad sirias, extremo que no ha podido ser confirmado.

Helicópteros estadounidenses intervinieron para evacuar a los heridos a la base de Al  Tanf, cerca de las fronteras con Jordania e Irak. El incidente ha provocado además el corte del tráfico en la autopista que comunica Deir a Zur con Damasco.

El ataque ha sucedido en medio del plan de Damasco para mejorar sus relaciones con los países occidentales tras la caída del presidente Bachar al Asad el año pasado, cuando los insurgentes se hicieron con el poder en la capital.

Dentro de su plan de acercamiento, la República Árabe se ha unido recientemente a la coalición internacional para combatir al Estado Islámico. Su objetivo es eliminar los vestigios de la organización terrorista y detener su propagación a otros países mediante el control de sus militantes en el extranjero. 

El líder sirio también se ha comprometido a cooperar con Estados Unidos. El mes pasado, el presidente interino, Ahmed al Sharaa, mantuvo una reunión histórica con Donald Trump en la Casa Blanca para abrir una «nueva era» para los dos países, según afirmó Al Sharaa.

Washington no tenía relaciones diplomáticas con Siria durante los gobiernos de Hafez y Bachar al Asad, pero los lazos se han estrechado desde la caída del régimen que mantuvo el poder durante cinco décadas.

El Estado Islámico fue derrotado en Siria en el 2019, pero varias células aún latentes siguen perpetrando ataques mortales dentro del país. Las Naciones Unidas asegura que el grupo terrorista aún cuenta con entre 5.000 y 7.000 milicianos en Siria e Irak.