Colombia y el ELN negocian una paz que se ve cada vez más difícil de alcanzar

héctor estepa RÍO DE JANEIRO / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El presidente colombiano, Gustavo Petro, el pasado mes de enero en el foro de Davos (Suiza)
El presidente colombiano, Gustavo Petro, el pasado mes de enero en el foro de Davos (Suiza) ARND WIEGMANN | REUTERS

La segunda ronda de diálogos se inició en México sin el entusiasmo de noviembre

20 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Difíciles negociaciones entre Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla activa del país cafetero. El pasado lunes se inauguró en Ciudad de México la segunda ronda de diálogos en busca de un acuerdo de paz, que durará tres semanas. En ese corto plazo se tendrán que «producir hechos» tangibles, según Otty Patiño, el jefe del equipo negociador articulado por el Gobierno del izquierdista Gustavo Petro. No será tarea fácil porque el grupo insurgente, al contrario que el Ejecutivo, parece no tener prisa en llegar a un pacto.

La relación entre ambas partes es mucho más distante que cuando se dio la primera ronda de contactos, en noviembre. Petro soliviantó a la guerrilla en Nochevieja, cuando anunció un alto el fuego bilateral desmentido apenas tres días después por el ELN, que afeó durante días al Gobierno haber anunciado el pacto sin haber sido acordado previamente.

«O [eligen] el camino del padre Camilo Torres Restrepo o el camino de Pablo Escobar», le dijo el presidente a los líderes guerrilleros, a través de redes sociales, mentando a uno de los sacerdotes precursores de la teoría de la liberación, que se unió al ELN en los 60, y al mayor narcotraficante de la historia de Colombia.

El mensaje de Petro en Twitter enlazaba a otra publicación del presidente del Senado, Roy Barreras, de orígenes gallegos. «O pasan a la historia como constructores de la paz total o pasan a la historia como una guerrilla que se degeneró en narcotráfico», había dicho Barreras.

Entonces se produjo un cruce de declaraciones entre representantes del Gobierno y el líder de la insurgencia, alias Antonio García, quien, por redes sociales, criticó el proyecto de paz total de Petro, con el que el presidente pretende acabar con los grupos armados que quedan en el país. El comandante guerrillero censuró que se considerase a su grupo al mismo nivel que al resto.

Los ánimos se calmaron a mediados de enero, en una reunión bilateral en Caracas, pero es palpable que ni el Gobierno ni el ELN han iniciado con el mismo entusiasmo a esta ronda de diálogos en México.

Petro busca con ahínco lograr un cese al fuego para reducir la violencia en las regiones y vender un éxito político, pero la guerrilla mantiene operativos militares contra otros grupos en los territorios y el líder de su equipo negociador, alias Pablo Beltrán, apenas dijo el lunes pasado que en esta ronda negociadora se hablaría de los «preparativos» de ese alto el fuego.

Dificultará también la negociación el hecho de que el ELN no tiene un liderazgo tan unitario como las extintas FARC, que firmaron un pacto de paz en el 2016 con el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos.

La Fundación Ideas para la Paz avisa de que los negociadores del ELN en México no representan a todos los sectores del grupo y que podría haber saboteadores de cualquier acuerdo que se alcance, al existir en esa insurgencia varias estructuras, teniendo algunas de ellas demasiada autonomía o falta de disciplina. Incluso si se lograse un alto el fuego, podría haber incumplimientos internos, avisan los analistas.

Otro aspecto que podría dificultar la negociación es la insistencia del ELN en la participación de la sociedad colombiana en las negociaciones, un aspecto que es difícil de implementar en la práctica y que, por ahora, apenas ha sido esbozado.