Navalni se declara en huelga de hambre por el trato en prisión

I. Ortega MOSCÚ / EFE

INTERNACIONAL

Navalni, durante su juicio en un tribunal de Moscú el pasado febrero
Navalni, durante su juicio en un tribunal de Moscú el pasado febrero YURI KOCHETKOV | Efe

El líder opositor ruso acusa a los servicios penitenciarios de denegarle asistencia médica

31 mar 2021 . Actualizado a las 21:46 h.

El líder opositor ruso Alexéi Navalni se declaró este miércoles en huelga de hambre después de acusar a los servicios penitenciarios de denegarle la asistencia médica en prisión, donde ha sufrido en las últimas semanas un brusco deterioro de su salud. «Exijo que me permitan ver al médico. Mientras eso no suceda, me declaro en huelga de hambre», dice Navalni en una carta escrita a mano y colgada en la cuenta de su equipo en Telegram.

Una semana después de denunciar el empeoramiento de su salud y las torturas por privación de sueño, que fueron ignoradas tanto por las autoridades carcelarias como por el Kremlin, Navalni ha decidido recurrir a una de las escasas medidas de presión con las que cuentan los presos para hacerse oír. «Cada reo tiene el derecho a invitar a un especialista para que le examine y consulte. Incluso yo, aunque sea inocente», agregó en la misiva dirigida al director del centro penitenciario número 2 de la región de Vladímir, cerca de Moscú, en el que se encuentra desde hace tres semanas.

El opositor denuncia que, pese «al agudo y progresivo dolor, primero en la espalda, después en la pierna derecha y ahora en una parte entumecida de la pierna izquierda», no ha recibido asistencia ni le han recetado medicinas apropiadas para aliviar su sufrimiento.

«Me las arreglaría de alguna forma con una sola [pierna]. Pero no quiero quedarme sin las dos piernas. Eso sería injusto», escribe con el sarcasmo que le caracteriza el opositor ruso.

Navalni recuerda que en agosto del 2020 fue envenenado cuando se encontraba en Siberia, tras lo que cayó en coma y fue trasladado a una clínica en Berlín, por lo que sugiere que ese puede ser el motivo de sus problemas de salud.

«No hace tanto tiempo los agentes del FSB [Servicio Federal de Seguridad, antigua KGB] intentaron matarme con un arma química», recordó este miércoles. 

Acoso entre rejas

El opositor, que cumple una condena de dos años y medio de cárcel, acusa a la Administración de acosarle desde que pisó la institución penitenciaria.

«¿Por qué un preso se declara en huelga de hambre? Esa pregunta inquieta solo a aquellos que no han sido presidiarios. Fuera parece complicado. Dentro es muy sencillo: tú no tienes otros métodos de lucha, así que la declaras [la huelga]», afirmó.

Además de la falta de atención médica y de despertarle cada hora todas las noches, este miércoles acusó al jefe de la cárcel de ordenar a los presos más leales que presionen a otros reos para que no limpien en torno a su camastro.

«Uno fue y me dijo: ‘Lo siento, Alexéi, pero es que tenemos miedo de limpiar tu cama’. Esperaba algo más original que echar arena en torno a mi cama mientras estoy en la enfermería», escribió. También dijo que el único libro al que tiene acceso es la Biblia. 

Grito de auxilio de sus aliados

Sus aliados no tardaron en reaccionar en Twitter. «Están matando lentamente a Navalni en la cárcel. ¡Libertad!», declaró Liubov Sóbol, la mano derecha del opositor en el Fondo Anticorrupción.

«Muchas veces cuando otros hacían huelgas de hambre, Alexéi decía que no podía imaginarse haciendo lo mismo. Lo consideraba un gesto político radical que se podía hacer solo si estabas preparado para llegar hasta el final. Es evidente que para él ese momento ya ha llegado», escribió María Pevchij, una de sus colaboradoras.

Hace unos días, personalidades del mundo de la cultura y periodistas pidieron mejores condiciones de reclusión para Navalni y esta semana medio millar de médicos firmaron una petición en la que demandaban al Kremlin y a los servicios penitenciarios la inmediata asistencia médica al principal adversario de Putin.

Además, su esposa, Yulia Naválnaya, se dirigió al presidente ruso, Vladímir Putin, desde su cuenta de Instagram para pedir que libere «inmediatamente» al político, aunque el Kremlin le recomendó dirigirse a los servicios penitenciarios. 

Responden los servicios penitenciarios

Las autoridades rusas respondieron este miércoles que prestan «toda la atención médica necesaria» a Navalni y que su estado de salud es considerado «estable y satisfactorio», según los últimos exámenes médicos.

Asimismo aseguraron que «los funcionarios penitenciarios cumplen estrictamente el derecho de todos los condenados a un sueño ininterrumpido de ocho horas», aunque sí reconocieron que comprueban «visualmente» por la noche la presencia de los presos en sus camas.

Antes de Navalni ya recurrieron a la huelga de hambre otros conocidos presos políticos rusos, como el fundador de la petrolera Yukos, Mijaíl Jodorkovski, que cumplió diez años de cárcel, la mayoría en Siberia, antes de ser indultado por Putin en el 2013.

El cineasta ucraniano Oleg Sentsov, condenado en Rusia por terrorismo al oponerse a la anexión rusa de Crimea, estuvo 145 días sin comer, lo que casi le cuesta la vida.