Kamala Harris, una mujer pionera con el pulso firme

j. f. cachorro MADRID / COLPISA

INTERNACIONAL

TOM BRENNER | Reuters

La vicepresidenta de Estados Unidos fue la primera afroamericana fiscala general del estado de California

20 ene 2021 . Actualizado a las 17:11 h.

La mano derecha de Joe Biden para dirigir Estados Unidos no cumple los cánones de una carrera política considerada convencional en aquel país. Si Barack Obama ya rompió moldes al proclamarse el primer presidente negro de la historia, Kamala Harris los destroza al ser la primera vicepresidenta. Pero, además, tiene orígenes nada comunes entre la clase dirigente estadounidense. Ya fue la primera mujer con raíces en el sur de Asia en llegar al Senado, en el 2016, y la primera afroamericana en convertirse en fiscala general del Estado de California.

Procede de una familia dedicada al estudio y la universidad. De hecho, la exsenadora demócrata tiene una doble licenciatura en Ciencias Políticas y Económicas en la Universidad de Howard y una licenciatura en Derecho por la Universidad de Hastings. Su padre, Donald Harris, que emigró de Jamaica en 1961, es profesor emérito de Economía en la Universidad de Stanford. Su madre, Shyamala Gopalan, fallecida en el 2009, llegó a EE.UU. desde la India en 1960 para doctorarse en endocrinología por Berkeley. Fue una investigadora del cáncer de mama y una gran activista por los derechos humanos, lo que influyó en su hija.

Kamala ya conoció de cerca los movimientos sociales en su Oakland natal en su adolescencia. «Mi madre a menudo me decía: ‘Kamala, tal vez seas la primera en lograr muchas cosas. Asegúrate de no ser la última’», recordaba durante las primarias demócratas en el 2019. Fiel a sus convicciones y de firmes decisiones, la vicepresidenta fue conocida por su determinación como fiscala en el distrito de San Francisco, donde se especializó en homicidios, robos y agresiones sexuales. Pero también fue en esta etapa cuando impulsó un programa pionero que ofrecía a los condenados por delitos de drogas la posibilidad de obtener un diploma de secundaria y encontrar empleo. Su ideario se basaba en acabar con los delitos sin usar castigos excesivos, es decir, promover la reinserción de los criminales.

La siguiente etapa sería la Fiscalía del Estado de California, un cargo que parecía designado para un varón republicano y blanco, pero que Harris ocupó tras una campaña extraordinaria. Desde aquel despacho arrancó a bancos y corporaciones un acuerdo de 25.000 millones de dólares para los dueños de casas en California afectados por la crisis hipotecaria, por los desahucios. Desde la Fiscalía defendió el cambio climático, la sanidad para la población sin recursos, el matrimonio igualitario y las minorías sexuales mientras perseguía sin descanso a grupos organizados que traficaban con drogas, armas y personas.

Abanderada de minorías y mujeres

La niña que se empapó del Black Power en los talleres de Oakland se lanzó a las calles junto con los manifestantes tras la muerte del varón negro George Floyd a manos de un policía el pasado mayo. La exsenadora demócrata también combatió contra los Estados republicanos que intentaron dejar sin seguro médico a veinte millones de estadounidenses en medio de la pandemia. Harris se ha convertido en abanderada de las minorías y de las mujeres.

«Una intrépida luchadora», así define el mismo Joe Biden a esta mujer casada y con dos hijastros. En el lado opuesto, Donald Trump dijo de ella que «es la más mala, la más horrible, la más irrespetuosa de todos en el Senado». Con solo 56 años, no sería extraño que esta experta rompedora de barreras se postulara para alcanzar la Casa Blanca dentro de cuatro años.