Rodrigo Londoño, Timochenko, líder de las FARC: «Fue un error concurrir a las elecciones legislativas del 2018»

GONZALO DOMÍNGUEZ LOEDA BOGOTÁ / EFE

INTERNACIONAL

Mauricio Dueñas Castañeda | EFE

Acusa a los poderes económicos de bloquear el proceso de paz en Colombia tres años después

31 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El líder de las FARC, Rodrigo Londoño, conocido en su época de combatiente como Timochenko, cree que un sector del poder económico en Colombia bloquea la paz a la que él condujo a la guerrilla -ahora un partido político con las mismas siglas- y que «fue un error» concurrir a las elecciones legislativas del 2018 en las que apenas cosecharon 550.000 votos. También lamenta que quienes retomaron las armas y crearon disidencias lo hicieron movidos por «la plata fácil» y que Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez, y Seuxis Pausias Hernández, alias Jesús Santrich, quedaran fuera «de la construcción de la paz» y estén en paradero desconocido.

-¿Qué balance hace del cambio de las botas por los votos?

-Es bien complejo. Tiene su parte positiva, logramos terminar un conflicto que llevaba más de 50 años; desafortunadamente, no logramos la paz completa y todavía queda un sector de la clase dirigente de este país que quiere impedir que la palabra se escuche, que hace oídos sordos a la palabra y que todavía quiere usar la violencia como la forma de dirimir conflictos, y la violencia como un instrumento de la política en Colombia.

-¿Quién mueve a ese sector contrario a la paz?

-El poder económico. No todo, un sector. Gracias a que un sector de la clase dirigente abrió las compuertas, ese espacio para llegar al acuerdo que llegamos. Hicimos varios intentos y fue en el de [el expresidente Juan Manuel] Santos en el que lo logramos. Antes no, porque ese sector nunca había abierto la compuerta. Esta vez la abrieron, pero quedó un pequeño sector que no quiso, que se quiere mantener ahí porque los acuerdos son la letra, pero también el espíritu. La pregunta que me hago es: ¿el presidente [Iván] Duque y su partido habrán estudiado estos acuerdos, los habrán estudiado en su letra y en su espíritu? Porque a estos acuerdos los acompañó un espíritu. Fue un pulso muy duro con ese sector de la clase dirigente que asumió y que dio esa apertura, esa posibilidad.

-¿Confía en Iván Duque para llevar adelante la paz?

-El problema con Duque es que está representando un partido que ha levantado las banderas de ese sector que se opone a los acuerdos, a la reconciliación sobre la base de lo que acordamos en La Habana: sobre la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición. A eso le tiene mucho miedo. Él ya no puede ser el presidente de un partido, él tiene que recoger el sentir de los colombianos y espero que reflexione y no siga en ese camino al que lo están conduciendo los sectores más poderosos de su partido.

-¿Esperaba más apoyo popular en las elecciones?

- Lo primero, fue un error nuestro político habernos lanzado a la campaña electoral de la forma en que nos lanzamos y en unas condiciones sumamente complejas. Para mí fue un error gravísimo y me parece que el resultado no refleja [la situación actual].

-El día de la firma del tratado de paz, tras usted estaban Jesús Santrich e Iván Márquez. ¿Sabe dónde están tras su fuga?

-Ni idea. Ellos se marginaron del partido alegando, por lo menos Iván Márquez, inicialmente problemas de seguridad. Conocemos las cartas que todo el mundo conoce que ha publicado, y de Santrich sé lo que saben todos: el proceso [judicial por un presunto caso de narcotráfico] que pasó. Lo acompañamos, fuimos solidarios con él, hicimos toda una pelea para que se le respetaran sus derechos. Lo liberaron y la reacción fue la que todo el mundo conoce [desaparecer y no responder ante la Justicia], la cual nosotros no compartimos, condenamos, y de ahí para adelante no sé en qué andan ni qué están haciendo.

-¿Está decepcionado? ¿Entienden que haya desertado?

-Da mucha tristeza, porque gente con la que uno compartió, con la que trabajó este proceso... A veces se especula y si algo me da seguridad y fortaleza es saber que esto lo construimos entre todos, es una construcción colectiva. A mí no me gusta esa palabra [desertar], ellos se quedaron.

-¿Pueden volver las FARC a las armas con Santrich y otros?

-Si yo hubiera creído que con las armas podíamos lograr las transformaciones, hubiéramos seguido. Hablar de una vuelta a las armas es contribuirle a la derecha en sus propósitos de mantener a Colombia en un conflicto, de mantener el ejercicio de la violencia en la práctica política. Cualquier cosa en ese sentido es hacerle un favor a la derecha que no quiere la paz como es planteada, que no quiere que se plasmen en la práctica los acuerdos de La Habana. Allá ellos. Cada loco con su locura. Estamos convencidos que el camino es el de la paz, cualquier otro camino es una aventura.