Rusia finaliza la valla para aislar Crimea de Ucrania

R. M. MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

ALEXEI DRUZHININ / SPUTNIK / KREMLIN | Efe

La barrera, que había comenzado a levantarse en el 2015, se extiende a través de más de 60 kilómetros en la zona del istmo de Perekop

29 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Departamento Guardafronteras del Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB o antiguo KGB) anunció este viernes la finalización de la construcción de un gran muro para separar la anexionada Crimea del resto de Ucrania. La barrera, que había comenzado a levantarse en el 2015, se extiende a través de más de 60 kilómetros en la zona del istmo de Perekop. Cuenta con sensores de movimiento y ondas de radio, cámaras a lo largo de todo su perímetro y está rematada por alambre de espino.

La finalidad de esta valla, explican los servicios secretos rusos, es «prevenir intentos de penetración en Crimea de saboteadores» ucranianos e impedir todo tipo de contrabando, especialmente el de armas, narcóticos y alcohol.

Moscú se anexionó Crimea en marzo del 2014 como reacción a la llamada revuelta del Maidán en Kiev, que puso en fuga al entonces presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich. El Kremlin introdujo tropas en la península, además de las ya desplegadas en la base de la Flota del mar Negro, bajo la apariencia de rebeldes locales, los conocidos como «hombres verdes». Al amparo de aquel dispositivo armado «híbrido» se celebró un referendo a favor de la incorporación de este territorio ucraniano a Rusia que nadie ha reconocido, ni siquiera países aliados de Moscú como Bielorrusia o Kazajistán.

Desde el pasado mes de mayo, Crimea está unida a Rusia a través de un enorme puente de casi 20 kilómetros de longitud, inaugurado por Putin. La presencia de esta infraestructura es lo que ha complicado el paso de navíos hacia el mar de Azov a través del estrecho de Kerch. Los rusos exigen a los barcos ucranianos requisitos que limitan el tráfico.

En este contexto de tensión se produjo justo hace un mes un ataque de patrulleras guardacostas rusas a cuatro buques de la Marina ucraniana. Hubo seis heridos entre los 24 tripulantes ucranianos de la dotación. Todos ellos se encuentran actualmente en prisión preventiva en Moscú a la espera de juicio, aunque los marinos de Kiev se consideran «prisioneros de guerra» y se niegan a declarar ante el juez.

«Profunda inquietud»

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, exigieron este viernes a Moscú que pongan en libertad a los 24 tripulantes encarcelados mediante un comunicado. «La situación de los derechos humanos en Crimea, ilegalmente anexionada por Rusia, el uso de la fuerza militar rusa en el estrecho de Kerch y las inspecciones excesivas en el mar de Azov son fuentes de profunda inquietud», se señala en la nota.

Desde 2014, Rusia no cesa de enviar tropas a la península, ha desplegado misiles antiaéreos S-400 y se dispone, según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, a reforzar la seguridad en el aire con 10 nuevos cazabombarderos Sujói, Su-27 y Su-30. Por su parte, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dio por terminada el miércoles la ley marcial decretada hace un mes a raíz de la crisis en el mar de Azov.