Sombra, el azote de los narcos

Héctor Estepa BOGOTÁ

INTERNACIONAL

HECTOR ESTEPA

Los traficantes han puesto precio a la cabeza de esta perra de la policía

08 dic 2018 . Actualizado a las 08:49 h.

No todos los héroes son bípedos. Por el aeropuerto El Dorado de Bogotá patrulla todos los días una de las mejores agentes antinarcóticos de Colombia. Su implacable olfato ha descubierto decenas de toneladas de cocaína a punto de ser enviadas a Europa o Estados Unidos. Pero no es una oficial al uso. Tiene cuatro patas y hocico. Sombra, una pastor alemán de seis años y medio, es la estrella de los perros de la policía colombiana. Tanto ha molestado a los traficantes que el clan del Golfo, el mayor grupo dedicado a la exportación de cocaína del país, ha puesto precio a su cabeza. La vida de Sombra vale para los narcos 20 millones de pesos colombianos, unos 5.600 euros.

«Mediante labores de inteligencia supimos que se quería ultimar la vida del animal. Se monitorizaron las llamadas y pudimos saber que estaban ofreciendo dinero para acabar con ella», comenta su actual cuidador, Misael Firacative. «Se pretendía pagar a una persona para que la envenenara. En ese momento decidimos, como medida de seguridad, controlar quién le daba la comida, pero entonces comenzaron a circular rumores de que pretendían asesinarla con un arma de fuego», añade el agente.

Sombra había descubierto 5,3 toneladas de cocaína en la ciudad de Turbo, cercana a Panamá, el pasado junio. Después encontró cuatro toneladas más en un cargamento de recambios de vehículos. No son sus únicos grandes hallazgos. «Halló también un porcentaje elevado de clorhidrato de cocaína que iba camuflado en unos bultos de azúcar mineral puestos en un contenedor. Iba a ser enviado a Algeciras (España) desde el puerto de Santa Marta», comenta Firacative.

Más de 245 detenidos

El trabajo de Sombra ha permitido la captura de más de 245 personas en varios puertos y aeropuertos de Colombia. Su implacable olfato le ha valido ser galardonada dos años consecutivos con la medalla Wilson Quintero. Pero su vida corría peligro, y por eso los mandos policiales decidieron trasladarla al aeropuerto El Dorado, un recinto muy controlado, con un circuito cerrado de vigilancia, donde trabajan centenares de policías de uniforme o de paisano. Allí está segura.

La amenaza no provenía de un grupo cualquiera. «El clan del Golfo comanda ahora la salida de sustancias narcóticas al exterior. Es un grupo peligroso», comenta Firacative.

El agente está convencido de que los perros son clave en la lucha contra un narcotráfico que parece al alza en Colombia. Los cultivos ilícitos de hoja de coca aumentaron un 17 % el pasado año, hasta llegar a las 171.000 hectáreas, según las Naciones Unidas, mientras que el potencial de producción de cocaína creció un 31 % respecto al 2016, un récord desde el inicio de los registros, en el 2001.

Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína del mundo. Más de 5.000 perros son empleados por la policía buscando droga, explosivos o personas. Es un trabajo peligroso. La Policía Nacional ha sufrido al menos 1.800 bajas de agentes en las últimas dos décadas de lucha contra las drogas. Varios perros se encuentran entre ellos. «Son parte de la familia. Para mi es una gran amiga. Una gran compañera. Me siento orgulloso de ser su guía», dice Firacative.

A Sombra le resta medio año de servicio. Entonces será jubilada y dada en adopción. «Tiene seguidores en todos lados. Hay muchas solicitudes para poderla adoptar. Pero siempre van a tener en cuenta a aquellos que trabajaron con ella, como a mí. Si me dan la oportunidad, yo con gusto la adopto», dice el cuidador, mientras la pastor alemán olfatea con detenimiento las maletas de unos turistas.