Boris Johnson da jaque a Theresa May

rita álvarez tudela LONDRES / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La intervención de Boris Johnson acaparó la atención mediática en el Reino Unido
La intervención de Boris Johnson acaparó la atención mediática en el Reino Unido OLI SCARFF / AFP

Entusiasma a los euroescépticos «tories» con un ataque frontal al plan de Chequers

03 oct 2018 . Actualizado a las 07:49 h.

Ya no es ministro y no tenía hueco para hablar en la conferencia del partido conservador, pero eso no impidió a Boris Johnson dar la campanada del día con un discurso arrollador en una sala paralela y atestada que oscureció totalmente la actividad del programa oficial a la misma hora. A juzgar por las primeras reacciones consiguió de lleno su objetivo, que no era otro que dar jaque a Theresa May emplazándola a que abandone su plan de Chequers porque «es un escándalo constitucional» con el que el Reino Unido no conseguirá independizarse de Europa .

En la que puede ser su última oportunidad para perfilarse como la alternativa tory para el próximo futuro, el ex ministro de Exteriores hizo las delicias de los euroescépticos de su formación presentándose como el abanderado de un divorcio sin contemplaciones con Bruselas. Cree que el plan de May no es más que «un engaño». Lo tildó de no ser «pragmático» y además dijo de él que es «peligroso y política y económicamente inestable».

«No les creáis cuando dicen que no hay otro plan y que no existe ninguna alternativa», sostuvo al tiempo que se mostraba favorable a retrasar seis meses la salida británica de la UE, fijada para el 29 de marzo de 2019. Para el exalcalde de Londres, el único beneficiario del planteamiento actual será «la extrema derecha en forma de UKIP».

Johnson agregó que es una «fantasía total» pensar que las consecuencias del brexit pueden repararse en el futuro. Se desmarcó así de ministros que también esperan agazapados el fracaso de May sin enfrentarse a ella, como Michael Gove, que argumentan que siempre habrá tiempo de revisar los términos del divorcio más adelante. Su afirmación de que «no creo que de ninguna manera podamos equivocarnos ahora y arreglarlo más tarde» recibió una gran ronda de aplausos. Para Johnson, está claro que «sucederá lo opuesto».

En su opinión, el plan de Chequers desautorizado por los líderes europeos en la pasada cumbre de Salzburgo ofrece «la lógica y los argumentos perfectos» para aquellos que quieren que el Reino Unido regrese a la UE. La alternativa, argumentó, consiste en disponer de tratados de libre comercio «adecuados», una baza que, según dijo, las pretensiones de la primera ministra hace «imposibles». Además, volvió rechazar la idea «infame» de celebrar un segundo referendo, tal y como defiende la oposición laborista.

Entre los asistentes sentados en primera fila bridándole apoyo y ovaciones se encontraban los principales defensores de un brexit duro, como el ex ministro David Davis, el ex líder conservador Iain Duncan Smith y la ex ministra Priti Patel. En un intento de no limitar al divorcio con Europa lo que tiene que decir en política, Johnson se ocupó de otros asuntos nacionales. Pidió un gasto adicional en sanidad, dijo que su partido no debería «aumentar los impuestos sino cortarlos» y defendió las raíces conservadoras, favorables al libre mercado y la propiedad privada de la vivienda. También arremetió contra Jeremy Corbyn y el laborismo a los que ridiculizó como «simpatizantes del marxismo».  

Nueva propuesta

En cambio, según Colpisa, no dijo una palabra sobre la información de la agencia Bloomberg y el diario The Times de que el Gobierno presentará una nueva propuesta a la Comisión Europea. Tras el rechazo de Chequers en la cumbre de Salzburgo, Londres estaría dispuesto a mantener una unión aduanera con la UE más allá de la fase de transición de casi dos años. Se justifica como la forma de resolver el problema de la frontera irlandesa.

En el borrador de Acuerdo de Retirada publicado por la Comisión, se preveía la posibilidad de que Irlanda del Norte permanezca en la unión aduanera y el mercado común si no se llega a un pacto sobre la futura relación que haga innecesario ese estatus especial dentro de Reino Unido, inaceptable para los unionistas norirlandeses. En el plan aprobado por el Gobierno en Chequers se propone un mecanismo de control de mercancías y recaudación del IVA que la Comisión rechaza. La propuesta ahora aireada extendería la unión aduanera hasta que las dos partes estén de acuerdo en que existe una tecnología que evita el problema fronterizo irlandés. Es una promesa que suena a eternidad.