Argentina se prepara para rescatar el submarino en el Atlántico profundo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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HO | AFP

No da con el rastro de la nave pese a que ya barrió el 80 % de la zona de búsqueda

19 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Aviones, navíos y buques oceanográficos con equipos para rastrear el lecho marino se incorporaron ayer a la operación para encontrar al Ara San Juan, el submarino argentino con 44 tripulantes que se encuentra en paradero desconocido desde hace cuatro días. Un enorme despliegue que barrió ya el 80 % del área de búsqueda y que se ha visto acrecentado por la ayuda de varios países, entre los que se cuentan Brasil, Chile, Perú, Uruguay, Estados Unidos, Sudáfrica y el Reino Unido. Hasta ahora todo el esfuerzo había sido infructuoso, pero ayer se detectaron entre las 10.52 y las 15.42 (13H52 y 15H52 GMT) siete llamadas vía satélite, con una duración de entre 4 y 36 segundos, que se presume provienen del submarino perdido, informó en un comunicado el Ministerio de Defensa. Las llamadas «no llegaron a enlazar con las bases», indica el parte, «y se trabaja para establecer la ubicación precisa del emisor». Esto «indicaría que la tripulación intenta restablecer contacto», señaló el comunicado.

En estos días de incertidumbre, se han manejado diferentes hipótesis: desde el fallo de las comunicaciones por avería del suministro eléctrico, a que el Ara San Juan se halle sumergido sin propulsión, lo que exigiría un eventual rescate en la profundidad del Atlántico sur. En consonancia con ello, lanzó finalmente la madrugada del sábado, hora española, el estado de «búsqueda y rescate» que le permite invocar la cooperación internacional. Un avión especial de la NASA que se hallaba en Ushuaia, en el extremo sur, en misión científica, se unió a la misión en la que también participan el buque polar inglés Protector y otra aeronave P8 de exploración de la Armada de EE.UU.

«Haremos lo necesario para hallar el submarino lo antes posible», dijo ayer en su cuenta de Twitter el presidente Mauricio Macri. No obstante, las malas condiciones meteorológicas en la zona de búsqueda, con tormentas, vientos de 90 kilómetros por hora y olas de hasta seis metros, dificultan sobremanera las operaciones. En caso de que esté emergido y a la deriva, la localización es una tarea titánica porque apenas aflora un tercio de su superficie en el mar agitado y su color marrón no favorece el avistamiento.

La inquietud empieza a adueñarse del país a pesar de que el submarino tiene autonomía de 15 días para navegar sin rumbo y de que, en caso de emergencia, debe activar la radio-baliza, un elemento de ubicación que se mantiene a flote y despliega una antena que emite una señal para favorecer la localización, algo que hasta el momento no ha hecho. Quien fuera primer comandante del Ara San Juan, Carlos Zavalla, intentó trasladar «esperanza» al afirmar que, por el momento, «solo parece haber una falta de comunicación».

La angustia crece entre las familias. «Vivimos una mezcla de sentimientos terrible. Uno se pone nervioso, hay silencios, miradas», confesó Marcela González, esposa del maquinista Hernán Rodríguez. María Morales, la madre de otro tripulante, intentaba mantener la entereza. «Estoy esperanzada de que Dios nos va a escuchar», comentó.