Centro y derecha maniobran para que Juppé tome el relevo de Fillon

Alexandra F. Coego PARIS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

GUILLAUME HORCAJUELO | EFE

El aún candidato pierde a medio centenar de miembros de su equipo de campaña

04 mar 2017 . Actualizado a las 08:58 h.

El centro y parte de la derecha francesa han comenzado a presionar para que su candidato a la presidencia hasta el momento, François Fillon, dimita y ceda el testigo a Alain Juppé, el alcalde de Burdeos que quedó segundo en las primarias de Los Republicanos tras una inesperada derrota ante el ex primer ministro. Tras la decisión de este último de no retirarse de la carrera presidencial pese a que prometió hacerlo en caso de ser imputado, hasta 50 miembros de su equipo de campaña lo han abandonado, entre ellos su portavoz, su tesorero y el responsable de asuntos europeos e internacionales. Incluso parte de la asociación Jóvenes por Fillon le ha solicitado que se retire, alegando que «sus declaraciones sobre la instrumentalización de la Justicia» para perjudicarlo «no corresponden a lo que se espera de un presidente».

Uno de los mayores apoyos de Fillon, el partido centrista Unión Democrática Independiente (UDI), también suspendió la participación en su campaña. El vicepresidente de la agrupación publicó un comunicado en el que hizo «un solemne llamamiento» a Juppé «para que acepte dar a conocer su disponibilidad para tomar el testigo». La agrupación ha querido resaltar la lealtad que le han profesado al candidato conservador pero argumenta que no puede «estar asociado a una pérdida de valores», según el senador centrista Vincent Capo-Canellas.

El centro no es el único en señalar al alcalde de Burdeos como solución de emergencia a la candidatura fallida de Fillon. Según explicó un responsable de UDI a Le Monde, pesos pesados dentro de Los Republicanos como Bruno Le Maire «quieren que Juppé se presente», una posición que comparten que «una parte de los fillonistas». La misma fuente advierte que quien bloquea la operación es Nicolas Sarkozy, pese a que algunos diputados sarkozystas van a movilizarse también a favor de Juppé. No son pocos los miembros del partido que ya han dado el paso y han oficializado su decisión.

El Consejo Constitucional galo reveló ayer que el pasado viernes registró un apoyo a favor de Juppé venido de Marie-Claude Jarrot, una alcaldesa conservadora. En Francia, para ser candidato a las elecciones presidenciales se deben recoger al menos 500 entre el 3 y el 17 de marzo, una cifra que por el momento tan solo ha superado Fillon. Tanto Georges Fenech, diputado cercano a Sarkozy, como Jean-Pierre Grand, senador, han llamado a que todos los diputados y alcaldes envíen sus apoyos oficiales al Consejo. Grand se mostró especialmente optimista, asegurando que habrá 500 firmas a nombre de Juppé. No obstante, aunque consiga todos los apoyos necesarios, Juppé no sería automáticamente candidato: si quiere presentarse tendrá que enviar una carta al Consejo. El alcalde de Burdeos ha repetido en varias ocasiones que no desea presentarse aunque Fillon se retire, insistiendo en que «no es no».

Una encuesta muy oportuna para preparar el cambio

Juppé podría cambiar de opinión rápidamente tras conocerse ayer que su candidatura salvaría a la derecha tradicional de la abrumadora derrota que le espera en la primera vuelta. Los últimos sondeos pronostican que Fillon quedará en el tercer puesto, por detrás de Emmanuel Macron y de la dirigente de extrema derecha Marine Le Pen. Pero con el nombre de Juppé en boca de todos, un estudio ha hecho la ecuación con el alcalde en lugar de Fillon y el cambio es radical. Juppé pasaría a ocupar el primer lugar, con un 26,5% de los votos, por delante de Macron, con el 25%, y de Le Pen, con el 24%. Es la primera vez en meses que un sondeo da al Frente Nacional como perdedor en la primera vuelta de los comicios y, desde la revelación del escándalo Fillon, la primera vez que Los Republicanos pasan a la segunda vuelta.

Con la oportunidad de oro de darle la vuelta a la desastrosa situación actual, los altos cargos del partido han comenzado a mover fichas. Gérard Larcher, presidente del Senado, y Bernard Accoyer, secretario general de LR, se presentaron ayer en las oficinas de Sarkozy para «organizarse muy rápido» en caso de una dimisión de Fillon. El ex presidente, que pese a su derrota en las primarias sigue siendo una de las figuras más poderosas del partido, es más cercano a Fillon que a Juppé. El aún candidato había llegado a pedirle ayuda hace dos semanas para poder controlar a los sarkozystas que pedían el nombramiento de un sustituto.

Sin embargo, todo indica que su asistencia ha terminado. Le Monde reveló que ayer, durante una llamada telefónica, le dijo que «la cosa no puede continuar así». Según el diario, el ex presidente comentó en privado que teme que los apoyos que le quedan a Fillon sean demasiado cercanos a la extrema derecha y al Frente Nacional. «No os dejéis intimidar, no dejéis que nadie os prive de vuestra elección, os pido que resistáis y aún más, os invito a avanzar», se defendió Fillon en un vídeo difundido en Twitter. 

Le Pen se niega a ir al juzgado

Por el momento, Le Pen no se ha pronunciado sobre una posible dimisión del conservador, ya que ella también está lidiando con su propia investigación judicial tras haber creado dos empleos ficticios en el Parlamento europeo. La semana pasada, se negó a ser interrogada por la policía, acogiéndose a su inmunidad parlamentaria. Ayer su abogado confirmó que no se presentará ante los jueces que la han convocado para declarar por el caso hasta finalizadas las elecciones presidenciales.