El yihadismo profana el Louvre

Alexandra F. Coego PARÍS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

El lugar del atentado
La Voz

Un joven egipcio ataca con machetes a un grupo de militares que lo repelen a tiros

04 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Paris volvió a verse envuelto en el pánico con un nuevo ataque yihadista que profanó uno de sus símbolos por antonomasia, el gran templo que el arte universal tiene en el Louvre. A las 9.45 horas de la mañana, un hombre joven cargando una mochila se acercó a un grupo de militares apostados en una de las escaleras del Carrousel del Louvre, el centro comercial cercano a la entrada de las galerías del museo. Una vez estuvo cerca, se abalanzó sobre uno de ellos armado con dos machetes de 40 centímetros cada uno y gritando «Allahu Akbar» [Dios es grande, en árabe]. Era el primer atentado en suelo galo desde el asesinato en julio de un sacerdote católico cuando oficiaba misa en Normandía.

Un compañero del soldado reaccionó de inmediato y disparó cinco balas al agresor, según informó el prefecto de la policía de París, Michel Cabot, lo que le dejó malherido en el vientre pero consciente. El atacante se encuentra actualmente en el hospital en estado grave. Su víctima, miembro del primer regimiento de paracaidistas, sufrió heridas leves en el cuero cabelludo y fue hospitalizado unas horas. El ministro de Defensa, Jean Yves Le Drian, confirmó más tarde que «se encuentra bien».

Los visitantes del museo fueron enviados en un primer momento a una zona segura del edificio. Las más de 1.000 personas que se encontraban en el interior se quedaron encerradas alrededor de tres horas. Posteriormente fueron evacuadas, una vez que la policía verificó que la mochila del agresor no contenía explosivos. El registro permitió comprobar que llevaba varios aerosoles de pintura y, en sus ropas, un teléfono iPhone 7. Gracias al examen de la memoria del móvil se averiguó que tenía alquilado a nombre de Abdallah E.H., nacido en Egipto en 1988, un apartamento en un apartotel en la calle Ponthieu, paralela a los Campos Elíseos, por el que había pagado 1.700 euros para una semana. Según Colpisa, el registro policial de la estancia permitió establecer que el cliente había llegado el 26 de enero al aeropuerto Charles de Gaulle de París en un avión procedente de Dubai y tenía un billete de vuelta a Emiratos Arabes Unidos para un vuelo programado mañana. Entró en Francia con un visado turístico expedido el 9 de noviembre por el consulado francés en Dubai con la misma identidad egipcia. Corresponde a un licenciado en Derecho que trabajaba en Dubai como asesor jurídico en una empresa relacionada con la ecología. En la inspección se encontró un pasaporte egipcio con sellos de Arabia Saudí y de Turquía en 2015 y 2016.

En principio, el atacante actuó solo. Sin embargo, el prefecto ha hecho saber que se produjo la detención de otro hombre. Por el momento, sus motivaciones exactas para el ataque son desconocidas. El primer ministro, Bernard Cazeneuve, declaró que se trata «visiblemente» de un «ataque de carácter terrorista» y el prefecto de policía añadió que «sus palabras nos hacen pensar que deseaba hacerlo [el atentado] en un marco terrorista». Por el momento, el Estado Islámico no ha reivindicado el acto.

«Tuve el presentimiento de que no era algo normal»

Con su media de 20.000 visitantes al día, el Louvre es el museo más visitado de Francia y del mundo. El Carrousel, a las puertas de las galerías, es también uno de los centros comerciales más concurridos de Paris ya que pasan por él 40.000 personas diariamente. Ayer, cuando se produjo el ataque, ambos se encontraban ya llenos. «Estaba preparando todo cuando escuché disparos, tuve el presentimiento de que no era algo normal», contó el cocinero de uno de los restaurantes del Carrousel en un programa de televisión. «Mi primer reflejo fue llamar a mis compañeros y decirles ‘salimos, nos vamos corriendo’», añadió el joven.

Si bien en la zona del tiroteo cundió el pánico, dado el tamaño del museo, muchos visitantes no se percataron de lo que ocurría. Es el caso de un profesor de la escuela del Louvre, que continuó con su clase hasta el momento de la evacuación. «No tuvimos miedo porque nos tranquilizaron», dijo una de sus alumnas, «nos dijeron que los accesos estaban bloqueados y que habían detenido al terrorista».  

El Louvre fue cerrado tras la evacuación. La ministra de Cultura, Audrey Azoulay, anunció ayer que el museo volverá a abrir sus puertas hoy. Después de los atentados de noviembre de 2015, las visitas al palacio se resienten, con una caída del 17% en 2016, que reflejan bien el retroceso del turismo. Pese a que el número de visitantes franceses se mantuvo, el Louvre perdió el año pasado casi un millón de turistas extranjeros. Las visitas escolares se han reducido a la mitad.

Marine Le Pen y Donald Trump explotan el atentado para hacer política

La extrema derecha no desaprovechó un segundo para explotar la ocasión que introdujo el ataque para hacer avanzar su agenda política. Pocas horas después del tiroteo, Marine Le Pen lanzó un comunicado subrayando que «hará falta tomar medidas radicales contra esta plaga» de «veneno del terrorismo islamista». La presidenta del Frente Nacional declaró el jueves en una entrevista que quiere cerrar el flujo de refugiados que entran en Francia y renegociar el tratado de Schengen, entre otras propuestas para reducir en 30.000 personas el saldo migratorio del país.

La suya no fue la única reacción discordante ya que, al otro lado del Atlántico, Donald Trump se mostró fiel a su hábito de comentar en Twitter, como si aún no fuese el presidente de Estados Unidos. «Otro terrorista islámico radical acaba de atacar el museo del Louvre en Paris. Los turistas están todos encerrados. Francia vuelve a estar al borde del  abismo. SÉ INTELIGENTE EE.UU.», escribió con su habitual lenguaje.

Estado de emergencia

El ataque, que sorprendió a François Hollande en la cumbre de la UE que se celebraba en Malta, le arrancó la reflexión de que «la amenaza está ahí y hay que hacerle frente». Lo cierto es que el presidente va a finalizar su mandato en menos de tres meses y se encuentra con que su lustro está marcado por los ataques terroristas y las medidas de excepción. Se da la circunstancia de que la Asamblea Nacional votó la noche del martes para ampliar el estado de emergencia hasta julio. La medida lleva en pie desde la noche de los ataques a las terrazas de París en noviembre de 2015. 

El ministro del Interior, Bruno Le Roux, se acordó de los que están en primera línea frente al terror y destacó «la sangre fría y el profesionalismo de los militares y de los policías, que ha permitido neutralizar inmediatamente al individuo armado». «Llevar el uniforme es ser un objetivo. Lo vemos bien en la propaganda de aquellos que nos quieren atacar» recordó. En julio del año pasado una pareja de policías fueron degollados y en 2012 tres militares fueron asesinados en un atentado contra un colegio judío en Toulouse, dos atentados reivindicados por el Estado Islámico. Le Roux acudió al museo con los ministros de Cultura y Defensa y la alcaldesa de la capital, Anne Hidalgo, que expresó su solidaridad y la de los parisinos a las fuerzas de seguridad.