Al Asad ya controla más de la mitad de la zona rebelde de Alepo

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

GEORGE OURFALIAN | AFP

La ONU teme que la ciudad se convierta en un cementerio para los 100.000 civiles atrapados en las zonas en disputa

04 dic 2016 . Actualizado a las 04:00 h.

La desigualdad de fuerzas está dejando sin oxígeno y sin territorio que defender a los rebeldes de Alepo. Las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar Al Asad, ya controlan el 60% de la parte oriental de la ciudad, que desde 2012 estaba en manos de los grupos armados de la oposición. Este es el último balance facilitado por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) de la ofensiva que en la última semana ha permitido al Ejército recuperar el control de, al menos, seis distritos; los últimos, los de Tariq al-Bab y Al-Yazmati, lo que permite a las fuerzas sirias disponer de una nueva conexión con el aeropuerto internacional de Alepo.

Según Colpisa, la falta de apoyo externo debilita día a día a unos opositores incapaces de hacer frente a la alianza formada por Rusia e Irán para blindar al dictador sirio. Moscú, que ha admitido contactos con los opositores en Turquía, se mostró dispuesto a negociar con Estados Unidos la salida de los milicianos rebeldes para poder «normalizar la vida en el este de Alepo». No obstante, los insurgentes aseguraron que no se oponen a los corredores para civiles, pero que ellos no saldrán de sus bastiones y lucharán hasta el final en la segunda ciudad del país.

Desde Naciones Unidas se agotan los calificativos para describir la gravedad de la situación que sufren los civiles, pero el organismo internacional es incapaz de lograr un mínimo consenso para llegar a las zonas sitiadas. Más de 30.000 personas han huido esta semana de los combates, pero otros 100.000 civiles permanecen en zonas en disputa, anunció el enviado especial del organismo internacional a Siria, Staffan de Mistura. El diplomático teme «una terrible batalla final» antes de que termine este año y espera que resulte posible encontrar «algún tipo de fórmula» para evitarla.

Stephen O’Brien, el subsecretario general de la ONU para asuntos humanitarios, ya advirtió a mediados de semana del riesgo de que Alepo se convierta finalmente en «un enorme cementerio», pero nadie parece escuchar las palabras del organismo internacional. El Gobierno de Damasco tiene prisa por ofrecer una imagen de normalidad. Menos de una semana después de recuperar el control de Masaken Hanano, el primer distrito oriental de Alepo que cayó en manos opositoras en 2012, el gobernador, Husein Diab, visitó el lugar e informó del inicio de los trabajos de reparación para que los residentes puedan regresar lo antes posible, informó la agencia oficial Sana.