Hollande advierte de hay 50 personas «entre la vida y la muerte» por el atentado de Niza

EFE

INTERNACIONAL

ERIC GAILLARD | Reuters

El presidente de Francia ha afirmado además que entre las víctimas figuran franceses pero «también muchos extranjeros» y «muchos niños»

15 jul 2016 . Actualizado a las 18:49 h.

El presidente francés, François Hollande, dijo este viernes que hay «muchos niños, niños pequeños» entre las víctimas del atentado de anoche en Niza, así como un gran número de «extranjeros», en un discurso en la ciudad de la Costa Azul.

Además, señaló que una cincuentena de heridos en el ataque se hallan «en estado crítico, entre la vida y la muerte», tras visitar a víctimas en uno de los hospitales de esa ciudad mediterránea. «84 personas han muerto y hay una cincuentena en estado crítico, entre la vida y la muerte», dijo el presidente francés.

Añadió que entre las víctimas hay «muchos extranjeros de muchos continentes y muchos niños, niños pequeños, que fueron a asistir a unos fuegos artificiales en familia, para disfrutar y compartir su felicidad (...) y que han sido golpeados hasta la muerte para simplemente satisfacer la crueldad de un individuo o tal vez de un grupo».

Hollande recordó que muchos de los heridos soportarán traumatismos el resto de sus vida, incluso quienes no resultaron físicamente afectados. «Francia, toda entera debe compartir esta emoción, esta solidaridad con las víctimas, con sus allegados, con sus familias», expresó el mandatario en su alocución, flanqueado a ambos lados por el primer ministro, Manuel Valls, y la ministra de Sanidad, Marisol Touraine.

Afirma que se tomaron «todas las medidas» de seguridad

Hollande defendió que las autoridades «habían tomado todas las disposiciones» para garantizar la seguridad, «en la medida de lo posible», de los espectadores de los fuegos artificiales en Niza. «Las fuerzas de seguridad (...) habían tomado todas las disposiciones para que estos fuegos artificiales estuvieran, en la medida de lo posible, protegidos», señaló el mandatario en un discurso en esa ciudad mediterránea, en el que saludó la actuación policial para «neutralizar al asesino» y «acabar con la carnicería».

Reaccionaba de forma indirecta así a las recriminaciones de diversos líderes de la oposición de derechos, que como el exprimer ministro Alain Juppé, dijo que «si se hubieran puesto todos los medios, el drama no se habría producido». En la misma línea, el presidente de la región Provenza-Alpes-Costa Azul, Christian Estrosi, antiguo alcalde de Niza, cuestionó el dispositivo de las fuerzas del orden que hubo anoche en el paseo de los Ingleses de la ciudad donde se produjo el atentado.

El jefe del Estado socialista recordó que hace meses había decidido reforzar los efectivos de las fuerzas de seguridad que se habían reducido anteriormente, en alusión al mandato de su predecesor, Nicolas Sarkozy, que es el presidente de Los Republicanos, el partido de Juppé y Estrosi.

Hollande se quiso elevar por encima de esa polémica naciente con reiterados llamamientos a la unidad, recordando que la lucha contra el terrorismo «va a ser larga» porque enfrente hay «un enemigo que va a continuar a todos los pueblos, a todos los países que tienen la libertad como valor esencial». Pidió «unidad», «cohesión» y «fuerza» para que «Francia sea más fuerte que los que quieren hacerle mal», y se mostró convencido de que «somos capaces de vencerlos porque somos una Francia unida».

El presidente avanzó que seguirán «poniendo (su) vigilancia y (su) protección al servicio de los franceses», antes de evocar los mensajes de «amistad» desde el extranjero con Francia. «El mundo -argumentó- nos dice con amistad lo que piensa de nosotros, que somos un país fuerte que es capaz de superar todas las pruebas, y ha habido muchas estos últimos meses y hemos dado un buen ejemplo al mundo por la unidad y la cohesión».

Hollande había anunciado ayer, horas antes del atentado, que desde el 26 de julio iba a levantar el estado de emergencia que estaba en vigor desde los atentados yihadistas del 13 de noviembre en París, y que se reduciría el dispositivo militar antiterrorista en territorio francés de 10.000 a 7.000 soldados. De madrugada, tuvo que dar marcha atrás a ambas medidas tras la matanza de Niza, y además reclamó a la Gendarmería que llame a sus reservistas para reforzar el dispositivo de seguridad.