La oposición dice contar con los apoyos para el «impeachment» contra Dilma

CARLOS OCAMPO REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

UESLEI MARCELINO | Reuters

Ayer comenzó en el Congreso brasileño el debate que cerrará la votación de mañana

16 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La oposición brasileña lo apuesta todo al 342, la cifra que suman los dos tercios de los diputados necesarios para que el juicio político contra Dilma Rousseff cubra la penúltima etapa antes de entrar en el Senado, donde la presidenta ya lo tiene todo en contra. Y todos los sondeos de los grandes diarios brasileños arrojaban números por encima a favor del impeachment: O Globo, 345 y subiendo, como Estadão, 347; y Folha de São Paulo, el más cauto, justo 342, aunque anteayer contabilizaba menos.

Hasta hace dos días, los indecisos y los que no contestaban, que ayer aún superaban en conjunto la cuarentena, eran el caballo de batalla de defensores y detractores de Rousseff, pero con estos datos a nadie escandaliza ya que el diputado opositor Paulinho da Força (Solidaridade) declarase a la prensa que había discutido con «el presidente» Michel Temer del «futuro Gobierno».

Con este panorama arrancaba ayer en Brasilia el debate del juicio político contra Rousseff, que se cerrará mañana con una votación que se prevé finalice a las 21.00 (hora local, las dos de la madrugada del lunes en España). Según el protocolo previsto, los congresistas habrán comenzado a emitir su voto tres horas antes y durante 10 segundos cada uno de los 513 diputados podrá explicar su opción.

Por si el debate parlamentario no llegara cargado de tensión y sobrado de polémica, ayer se le sumó una más: la presidenta anunció que lanzaría un mensaje televisado a las 20.00 de ayer para reiterar que no cometió ningún crimen de responsabilidad que justifique su destitución. En Twitter, numerosos usuarios convocaron una cacerolada de protesta y la oposición acudió al Supremo para tratar de frenarlo.

El ambiente de la Cámara baja era de tensión y desorden. Un grupo de diputados, organizados en el movimiento Tchau Querida montaron una minimanifestación con despliegue de pancarta incluido y la mayoría de los representantes mostraban carteles a favor y en contra del juicio político, componiendo un colorido escenario que se bastaba por sí solo para que nadie necesite esperar a mañana.

En el arranque intervino uno de los juristas que redactó la petición de destitución, Miguel Reale Jr., que defendió los argumentos ya conocidos, rechazó la acusación de golpismo y calificó de «libertadores» a los diputados del sí. Luego defendió a Dilma el abogado general del Estado, José Cardozo, para quien las maniobras fiscales son «meras operaciones contables aceptadas por todos los Gobiernos» y cargó contra el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, al que acusa de alentar la destitución en venganza por que el Partido de los Trabajadores apoyara otro juicio político contra él, sobre quien pesan sospechas de corrupción y blanqueo de dinero.

Si, como todo parece indicar, mañana la votación es favorable, el impeachment habrá salvado el escollo más difícil y el proceso pasará al Senado, donde las posibilidades de supervivencia de Dilma serán mínimas.