La escasez libera en Venezuela el fantasma de un estallido social

PEDRO GARCÍA OTERO CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

EFE / MIGUEL GUTIERREZ | EFE

La escasez de dinero en efectivo provoca largas colas en los cajeros de los bancos

21 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las redes públicas venezolanas de distribución de alimentos Pdval y Mercal comenzaron, esta semana, a vender solo dos productos por persona. Es todo lo que obtendrán centenares de ciudadanos después de hacer a las puertas de los establecimientos colas desde antes del amanecer y hasta las 3 o 4 de la tarde.

«Nosotros no somos Pdval, pero vendemos un solo pan por persona», advierte Raquel Moreno, dependienta de una panadería del centro de Caracas. «Yo estoy preocupada por que en cualquier momento cerremos. No hay harina ni esperanza de obtenerla».

El fantasma del hambre azota Venezuela y con él anda suelto el de un estallido social, del que ya se habla abiertamente en el país sudamericano, y se comenta que puede suceder en pocos días.

En Ciudad Piar, al sur del país, una turba saqueó el jueves un centro de almacenaje estatal, hechos por los que fue detenida una concejal opositora a la que la policía política acusó de «instigar» los desórdenes; algunos testigos afirman, sin embargo, que fue la alcaldesa quien desató la furia de la gente al decirle que «eso ahí adentro está lleno de comida, pero no se las vamos a vender, porque ustedes votaron por la MUD». En Upata, un pueblo cercano, se produjo un conato de saqueo. En Mérida, al otro extremo del país, fue también vaciada una empaquetadora de azúcar el viernes.

En Caracas, Migdalia Cárdenas, residente de un edificio cercano a un supermercado de la red pública Bicentenario, afirmaba haber sentido miedo ayer, cuando se armó un tumulto a la entrada del local por la falta de comida. De estos establecimiento, antaño los hipermercados Éxito, estatalizados por Hugo Chávez, la gente solo lograba obtener ayer un pollo y un paquete de arroz por persona.

Toda la red pública de distribución de alimentos está hoy custodiada por agentes de la militarizada Guardia Nacional. Hasta 51 gerentes de estos locales fueron detenidos, a lo largo de la semana, por la policía política, acusados de desviar alimentos a comercios privados donde su costo se incrementa, en muchos casos, hasta por 20.

La inflación desbordada ha hecho que el billete de mayor denominación solo valga 10 céntimos de dólar y un salario, al cambio no controlado, vale menos de 20 euros, por lo que los billetes han comenzado a escasear. Obtener efectivo se ha convertido en otra ardua tarea para los venezolanos, que guardan colas interminables delante de los cajeros para obtener las exiguas cantidades a las que están limitados.

Henrique Capriles empezó a recorrer el país, ayer el interior andino, para recoger firmas para pedir un referendo para revocar el mandato de Nicolás Maduro. Se requieren exactamente 3.899.273 firmas de electores para solicitar la convocatoria del referendo revocatorio. «Les pido que vayan haciendo la tarea. Hay que salir a buscar las firmas», pidió Capriles a sus seguidores.